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Los datos de mercado laboral de cierre de 2020, que recién publicó el DANE, nos muestran la realidad de una de las más fuertes cicatrices que nos está dejando la pandemia en términos económicos.
A pesar de que a lo largo del año las variables laborales se fueron ajustando positivamente, estas no llegaron, sin embargo, a los niveles observados antes de la pandemia. Entre diciembre de 2019 y diciembre de 2020 los ocupados se redujeron en 1,4 millones, lo que equivale a cerca del 6 % de los mismos. Es cierto que en el momento más duro llegamos a perder seis millones de empleos y que estos se fueron recuperando gradualmente desde finales del segundo trimestre del año pasado.
Con estos números, 2020 cerró con una tasa de desempleo nacional del 13,4 % y una tasa urbana del 15,6 %.
La buena noticia es que tanto la tasa nacional como la urbana siguieron reduciéndose en diciembre, como lo venían haciendo desde junio la nacional y desde agosto la urbana. Es pronto para anticipar los efectos de los cierres parciales de enero sobre el empleo del mes.
Una marca adicional que nos está quedando de la pandemia es que esa recuperación se dio con un crecimiento más que proporcional del empleo informal, por las características mismas de ese mercado que le permite ser más flexible, pero que por otro lado deteriora las condiciones de los trabajadores y sus familias, y la productividad de la economía.
Esa diferencia en las tasas urbana y nacional resalta el efecto negativo más fuerte de la pandemia sobre el empleo de las principales ciudades. Las características mismas del virus y los cuidados que exige el distanciamiento social afectan más que proporcionalmente actividades comerciales, de entretenimiento, hoteles y restaurantes que están en esas ciudades principales. Asimismo, su efecto es más que proporcionalmente negativo sobre las mujeres que perdieron más empleos y aumentaron la inactividad dedicándose al cuidado del hogar.
Estos datos nos dan elementos para trabajar este año para romper las inequidades que se profundizaron durante 2020 y así hacer políticas activas que favorezcan la creación de empleo de más calidad, más rápido y de una manera más sostenible entre sectores, género, edad y lugares.
BBVA Research
