Los resultados del tercer Censo Nacional Agropecuario, que empezó a publicar el DANE la semana pasada, constatan una realidad muy dura para la población rural que se veía parcialmente en los datos de pobreza e inequidad, pero que ahora podemos dimensionar mejor.
Los diversos aspectos que se evaluaron en el censo permitirán con seguridad un mejor diseño de la política rural en un momento crucial para el país.
Hay mejoras frente a los resultados del registro agropecuario de los años 70 y al censo de 2005, pero también muestra que los retos son enormes. Los avances sociales son muy importantes en temas de reducción de pobreza, disminución del analfabetismo, aumento en coberturas de educación, mejoras en las condiciones de la vivienda y cubrimiento de la seguridad social. Sin embargo, los datos lucen poco alentadores aún. Por ejemplo, la pobreza multidimensional del área rural dispersa aún afecta al 45% de la población (a pesar de la reducción desde el 74% de la población de diez años atrás).
El 11,5% de la población rural mayor a 15 años aún no sabe leer ni escribir (en el censo de 2015 era el 19%). El 20% de la población entre 5 y 16 años no asiste a una institución educativa (hace 10 años este porcentaje era del 26%). Hoy el 23% de los hogares tienen viviendas con pisos en arena, frente al 34% de diez años atrás. Adicionalmente, la brecha respecto a la ciudad en todas estas dimensiones sigue siendo enorme, con excepción de la cobertura de salud, donde las cifras son similares, con una cobertura en el área rural del 96% de las personas.
Los retos son muy importantes en los temas de bienestar de la población que refiero acá, pero tampoco son menores en el resto de aspectos que cubre el censo, como uso y cobertura del suelo, tenencia del suelo y/o esquemas de producción. Al mirar el censo de manera integral, es probable que se puedan mejorar las condiciones de la población optimizando aspectos de la vida del campo que tengan que ver con los esquemas de producción o del uso del suelo.
*Unidad de Colombia de BBVA Research.
Los resultados del tercer Censo Nacional Agropecuario, que empezó a publicar el DANE la semana pasada, constatan una realidad muy dura para la población rural que se veía parcialmente en los datos de pobreza e inequidad, pero que ahora podemos dimensionar mejor.
Los diversos aspectos que se evaluaron en el censo permitirán con seguridad un mejor diseño de la política rural en un momento crucial para el país.
Hay mejoras frente a los resultados del registro agropecuario de los años 70 y al censo de 2005, pero también muestra que los retos son enormes. Los avances sociales son muy importantes en temas de reducción de pobreza, disminución del analfabetismo, aumento en coberturas de educación, mejoras en las condiciones de la vivienda y cubrimiento de la seguridad social. Sin embargo, los datos lucen poco alentadores aún. Por ejemplo, la pobreza multidimensional del área rural dispersa aún afecta al 45% de la población (a pesar de la reducción desde el 74% de la población de diez años atrás).
El 11,5% de la población rural mayor a 15 años aún no sabe leer ni escribir (en el censo de 2015 era el 19%). El 20% de la población entre 5 y 16 años no asiste a una institución educativa (hace 10 años este porcentaje era del 26%). Hoy el 23% de los hogares tienen viviendas con pisos en arena, frente al 34% de diez años atrás. Adicionalmente, la brecha respecto a la ciudad en todas estas dimensiones sigue siendo enorme, con excepción de la cobertura de salud, donde las cifras son similares, con una cobertura en el área rural del 96% de las personas.
Los retos son muy importantes en los temas de bienestar de la población que refiero acá, pero tampoco son menores en el resto de aspectos que cubre el censo, como uso y cobertura del suelo, tenencia del suelo y/o esquemas de producción. Al mirar el censo de manera integral, es probable que se puedan mejorar las condiciones de la población optimizando aspectos de la vida del campo que tengan que ver con los esquemas de producción o del uso del suelo.
*Unidad de Colombia de BBVA Research.