Hemos visto recientemente muy activos a los miembros de la Junta Directiva del Banco de la República tanto en los medios de comunicación como en eventos. Activismo que el mercado, los medios y los economistas vamos intentando leer para hacernos una idea de lo que viene en términos de política monetaria en lo que resta de 2021 y 2022.
Para entender mejor estos mensajes hay que juntarlos con los no pocos dilemas que tiene el banco central para tomar sus decisiones. ¿A qué dilemas me refiero? Solo para empezar, el aumento de la inflación en agosto hasta el 4,4 % anual que está jalonada por factores transitorios mayoritariamente, pero no sin riesgos a que algunos puedan transmitirse a expectativas y/o hacerse más permanentes. El índice de precios al productor mostraba presiones desde hace varios meses y las mismas no han cedido, poniendo más presión a las cifras. Como van las cosas, la inflación este año terminaría muy cerca al 5 % y el año entrante en 3,6 %, según nuestras estimaciones*.
Así mismo, el recién publicado dato del déficit en cuenta corriente para el segundo trimestre que se eleva hasta el 6,3 % del PIB y que acumulado a junio llega al 5,4 % del PIB. Dicho déficit muestra la presión que está generando la recuperación de la demanda doméstica que aumenta el déficit comercial de bienes y servicios a la vez que muestra salidas netas de rentas de factores. Aunque esperamos un cierre de 2021 y 2022 con déficits menores a los observados hasta el momento, su financiamiento se está dando menos con inversión extranjera directa que lo visto en otros años.
Por otra parte, a pesar de que los datos de mercado laboral de julio mostraron una mejora en la creación de empleo, la recuperación en este campo sigue siendo lánguida. Esperamos que gane tracción la recuperación en lo que resta de 2021 pero manteniendo rezagos en las cifras. En paralelo, esperamos que el país efectivamente logre crecer este año el 7,5 % y el año entrante un 4 %, mostrando la capacidad de recuperación.
En medio de estos dilemas, el Banco Central decidirá si inicia su ciclo alcista en la próxima reunión de finales de septiembre. Creemos que sí lo hará, con aumentos graduales de la tasa desde septiembre que continuarán en 2022, pero manteniendo una tasa de interés de política expansiva en términos reales hasta bien entrado el 2022.
*BBVA Research