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‘Adolescencia’: una serie que todos los padres y educadores deberíamos ver

Julián de Zubiría Samper
25 de marzo de 2025 - 05:00 a. m.
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‘Adolescencia’ se ha convertido en una de las series mejor calificadas en los últimos años. En su primera semana alcanzó el primer lugar en setenta y un países del mundo. La miniserie hace una profunda crítica social a los padres, las redes y el sistema educativo inglés.

La impactante trama de la miniserie británica generó un gran impacto a nivel mundial. Se encuentra en el Top 5 de lo más visto.
La impactante trama de la miniserie británica generó un gran impacto a nivel mundial. Se encuentra en el Top 5 de lo más visto.
Foto: Netflix - Netflix

La serie Adolescencia de Stephen Graham y Philip Barantini en Netflix fue descrita por The Guardian como “lo más cercano a la perfección televisiva en décadas”. Diversos factores explican los elogiosos comentarios que ha recibido por parte del público y de la crítica especializada. Por un lado, fue filmada en secuencia real; es decir, con tomas ininterrumpidas. De ahí la intensidad del rodaje desde el primer momento. Por otro lado, está la pertinencia del tema, las actuaciones, el guion y el manejo del tiempo, pero muy especialmente los dilemas y las preguntas casi sin respuesta que plantea.

La historia gira en torno a un adolescente de 13 años que es acusado de asesinar a su compañera de curso. Sin embargo, la pregunta central no es si él cometió el crimen, sino ¿por qué lo hizo? Muy rápidamente, la evidencia contra Jamie Miller es abrumadora. Según diversos estudios, el Reino Unido tiene alrededor de 5.2 millones de cámaras en las calles, lo que equivale aproximadamente a una cámara por cada trece personas. Siendo así, fue relativamente fácil concluir que el joven sí era el responsable. La pregunta es otra: ¿Qué lo llevó a asesinarla? Desde la perspectiva de Graham y Barantini, la responsabilidad es de la sociedad actual en su conjunto.

La institución familiar es duramente cuestionada porque un grupo amplio de padres cree que al mantener a sus hijos en casa garantizará su protección y seguridad. Crudamente lo dice la madre: “Pensamos que encerrado en su cuarto estaría seguro”. Los padres no conocen, no escuchan y no dialogan con sus hijos. Es por eso que no los entienden. Padres y madres no suelen ser conscientes de que sus hijos en casa son muy vulnerables, porque es precisamente allí donde acceden de manera libre a las múltiples plataformas tecnológicas. Al hacerlo, abren la ventana al peor mundo posible: el de los pedófilos, estafadores, acosadores y manipuladores virtuales. Ingresar a Instagram, por ejemplo, es caer en la trampa de los cuerpos esbeltos, los filtros, las dietas y los maquillajes artificiales para que las mujeres simulen ser más bellas, delgadas y tener senos más grandes, como si fueran objetos de consumo. Pero lo que la serie quiere resaltar es el acceso que les brinda a los jóvenes a un mundo violento, descalificador de la mujer y atestado de mensajes misóginos, racistas, supremacistas y comparaciones permanentes. Tal como dijo su director, querían "mirar a los ojos de la ira masculina“.

El diálogo final entre los padres de Jamie es impactante: “¿Debimos hacer algo más?”. “Creo que estaría bien pensar que sí”, dice ella. Los padres ingleses actuales no orientan a sus hijos. Es por eso que ellos se tienen que enfrentar solos al mundo.

Jamie es un chico brillante y excelente estudiante, pero profundamente inmaduro a nivel emocional: irascible, poco empático, egocéntrico, insensible y cínico. Está casi solo en el mundo. Tiene tan solo dos amigos. Como diría Rubén Blades, le faltó “amor y control”.

En la serie, las redes son especialmente cuestionadas. En ellas circulan libre y anónimamente mensajes, pornografía y videos que reproducen estructuras éticas basadas en el machismo. Confunden y desorientan a los jóvenes. Nadie las regula. Todos los chicos tienen smartphones en todo momento y todos –desde tierna edad– acceden a infinidad de contenidos, sin ninguna mediación. El acoso escolar se transforma en ciberbullying, lo que implica que crece exponencialmente y permanece a lo largo del tiempo. En la serie se reitera la idea de que los niños incels desprecian a las mujeres porque ellos saben que no tendrán éxito con ellas. Esa idea ha sido promovida por grupos extremistas en plataformas. En Reino Unido han discutido si deben considerarse como grupos que incitan al terrorismo. Como puede verse, las redes son selvas de realidad virtual en las que es frecuente el sexting y la sociedad está en mora de controlarlas. Es por eso que los jóvenes se sumergen en ellas sin brújulas, mapas ni orientaciones. Para completar, los adultos no entendemos los mensajes que circulan en las plataformas a las que hoy acceden los jóvenes.

La escuela también es puesta contra la pared. Los maestros no conocen a sus alumnos y descuidan la formación integral. La institución huele y se siente mal. Sigue siendo tan aburridora y rutinaria como se mostraba en la épica canción de Pink Floyd: Another brick in the Wall. Es muy poco pertinente y está desconectada de la realidad de los jóvenes. Ellos buscan cualquier excusa para faltar a clase y los maestros, para disminuir su trabajo, ponen videos, pero no promueven reflexiones argumentadas y no favorecen la lectura, el debate o la convivencia. La mayoría de los estudiantes carece de empatía y de pensamiento crítico y la mayoría de docentes tiene poca pasión. El policía la juzga extremadamente duro: “Parece un puto corral en el que nadie aprende”. Afortunadamente, algunos maestros son extraordinarios y están muy comprometidos. Aun así, la escuela no le preocupa a nadie a nivel social y político; por eso no se valora el trabajo de los docentes, no se trabaja para mejorar el clima institucional o por consolidar su esencial papel transformador en la sociedad. Es una institución a la deriva.

En un hermoso texto llamado Adolecer (1982), el psiquiatra y psicoanalista Guillermo Carvajal concluye que en la adolescencia coexisten tres crisis: de identidad, de autoridad y sexual. La de identidad se genera en el momento en el que el joven empieza a construir sus proyectos de vida. Sabe que debe asumir la compleja tarea de definir a qué dedicará su existencia. La de autoridad es consecuencia de la anterior e implica entrar en tensión con todos los adultos que quieren seguir tratándolo como menor. El choque contra la autoridad es necesario para construir la identidad. La crisis sexual está asociada a la explosión de las hormonas y a la aparición del otro género en la vida. En la serie, por ejemplo, Jamie todavía no ha iniciado la crisis sexual. Odia, humilla y excluye a las mujeres. Al hacerlo, ha interiorizado ideas y sentimientos avalados y reproducidos culturalmente. También en eso la responsabilidad de las redes es inmensa.

Como puede verse, la adolescencia es un turbulento periodo en el que abandonamos la niñez y recorremos los primeros pasos hacia la adultez. Lo grave para los jóvenes actuales es que viven casi solos esta profunda transformación física y emocional, sin amigos, sin vecinos, sin mediación de los padres y con docentes descontextualizados. Para completar, ellos permanecen conectados a plataformas tecnológicas que elevan su ansiedad, deterioran su autoconcepto y llevan hasta el límite sus expectativas y comparaciones. En estas condiciones, cuando un adolescente acuchilla a una compañera de clase, como dice Graham, todos somos responsables. Es por eso que Adolescencia es una serie que debemos ver todos los padres y educadores, por lo menos para iniciar el debate en torno a nuestra responsabilidad frente a la juventud actual.

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Desafortunadamente el bullying, empieza en las escuelas, luego sigue en el trabajo. Avance : se está visibilizando el problema. Pero hace mucho por hacer.
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Bueno, y después de leer esto surge la pregunta: ¿será necesario tener que "ver los problemas en la pantalla", teniéndolos "en vivo" entre nuestros adolecentes, jóvenes y gente adulta? Justamente, de la pantalla tenemos que salir hacia las personas, hacia la vida con sus conflictos, sin tener que "acudir" al entretenimiento muchas veces vacuo.
  • Tercio(53826)11 de abril de 2025 - 10:38 p. m.
    Excelente comentario...
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