Maduro sale muy poco de Venezuela. Su mandato está impregnado de paranoia, no confía ni en su sombra. A Maduro le quita el sueño y la tranquilidad el solo hecho de pensar ser capturado internacionalmente por los cargos que enfrenta en la justicia americana. Por eso viaja como un fugitivo, cambiando de aviones, apagando radares y sin anunciar ninguna agenda de trabajo. Sus travesías son más misteriosas que un guion cinematográfico de Wes Craven.
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¿Por qué a Colombia le debería importar la visita de Maduro a China?
19 de septiembre de 2023 - 11:29 a. m.