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Es urgente reflexionar acerca de los hechos, las personas, las palabras, los sitios y el contexto en el que se reanudó tantas veces la guerra colombiana.
Esas reflexiones pueden ayudar a evitar que se repita la historia o, por lo menos, a establecer responsabilidades.
He escrito varias veces que la complejidad del conjunto de ecosistemas que componen nuestro territorio dificulta el ejercicio de una autoridad central y que hay regiones que siempre han desempeñado papeles principales en nuestras guerras, pero, además de esas características estructurales, es indudable que existen otros factores de los sucesivos fracasos. Además de las tres cordilleras que dificultan la producción industrial y las comunicaciones pero facilitan los cultivos ilícitos, de la selva que sirve como refugio en la mitad del territorio, del deterioro de los suelos y la inestabilidad del clima que disminuyen la productividad agrícola, existen circunstancias personales, conceptos, lugares específicos y contextos generales, nacionales e internacionales, que tuvieron papeles que hoy podrían repetirse.
Hay por lo menos cuatro casos en los cuales se debe analizar con mucho detalle las situaciones que impidieron la construcción de la paz. Me refiero a lo sucedido en los gobiernos de Rojas Pinilla, Lleras Camargo- Valencia, Betancur y Pastrana Arango.
El análisis de los procesos que llevaron al rompimiento de la paz, la justicia y la libertad prometidas por el general Rojas, a la muerte de los estudiantes en Bogotá y a los bombardeos de Villarrica nos podría proporcionar consejos para evitar la repetición de eventos semejantes.
Es urgente también conocer la relación detallada de las situaciones personales y las políticas presupuestales que condujeron a la muerte de Charro Negro y al retorno de Tirofijo a la guerrilla así como la descripción del proceso ideológico que generó el lanzamiento del concepto de “repúblicas independientes” y al bombardeo consiguiente a la guerrilla en 1964.
Se conoce más acerca del rompimiento de la tregua en el gobierno Betancur y de la quiebra del Caguán, pero todavía faltan detalles que nos permitan evitar situaciones semejantes en los próximos días.
Los historiadores que hoy trabajan el tema de memorias históricas están en mora de divulgar su conocimiento y así contribuir a que no acabemos generando un quinto fracaso. Mas acá de las grandes causas hay unas más pequeñas que se podrían evitar o atenuar mediante las alarmas correspondientes.
Miembro de Paz Querida