El olvido del patrimonio natural en las funciones de producción que proponen las ciencias económicas ocasiona graves problemas en las definiciones de las políticas públicas y distorsiona el comportamiento de las personas involucradas en las decisiones de los sectores productivos.
Ese olvido, por ocurrir en un ámbito dominante como es el de los economistas, se traslada fácilmente al sector educativo y a la opinión pública, influyendo en el comportamiento general de la ciudadanía. Estos procesos se intensifican cuando el interés en el estudio de otros factores de la producción, como la tecnología o las instituciones, tiende a ocultar la importancia de las diferencias en los patrimonios naturales locales o regionales. Esto ocurre en libros como el escrito recientemente por los eminentes profesores de economía Daron Acemoglu y James A. Robinson, titulado en español Por qué fracasan los países. El libro le dedica todo su primer capítulo a demostrar que las instituciones excluyentes, y no la geografía, ni las estructuras económicas, ni la cultura, ni nada más, son las que ocasionan la pobreza de las naciones.
Desde un punto vista político actual me parece que el libro en cuestión es valioso, pero creo que adolece de un problema que ya ha sido analizado desde la sociología de la ciencia: la obsesión por buscar un solo factor y considerar desdeñables todos los que a los estudiosos les parecen de difícil consideración. Estos procesos de simplificación son peligrosos en la medida en que tienen éxito y ocultan factores cuyo estudio podría conducir a soluciones más reales.
En Colombia, ese ocultamiento es grave porque incentiva las ilusiones de crecimiento de localidades y regiones en donde el patrimonio natural nunca ha sido adecuado para sustentar actividades económicas de gran intensidad o en la actualidad está deteriorado debido a la densidad de la población y a los cambios en el clima.
Me imagino que ese no ha sido el objetivo de los autores. Pienso que su libro tiene que ver con algo más profundo que trataré de explicar en una columna próxima: la separación histórica entre la economía y las ciencias que tratan de analizar otras razones del comportamiento de los seres humanos, razones que ya han sido aceptadas por algunos economistas pero que todavía no son reconocidas como importantes por quienes insisten en buscar el factor principal del comportamiento humano y en desdeñar todos los demás para poder proporcionar soluciones simples que teóricamente resuelven problemas complejos.
* Julio Carrizosa Umaña, exdirector del Inderena