Los costos y beneficios de la Séptima

Julio Carrizosa Umaña
24 de octubre de 2017 - 03:52 a. m.

Espero que la mejor compañía consultora del país, la que hace los estudios de Transmilenio en la carrera Séptima, calcule bien cuáles son todos los costos y beneficios reales de la construcción de los paraderos centrales, los pasos a desnivel y demás obras y, sobre todo, los costos de las adquisiciones de los cientos de predios y de las interrupciones en el tránsito durante los cinco años que serán necesarios para que un Transmilenio tradicional pase por el estrecho espacio de esa vía. Si ese cálculo lo hacen bien, se justificaría totalmente el alto valor de los estudios.

Tengo también la esperanza de que ese cálculo demuestre que los beneficios son pequeños con relación a los costos (ver Andrés Ospina en Publimetro.co el 17 de octubre) y que por eso la Alcaldía decida resolver los problemas de movilidad del transporte público no invirtiendo en cemento sino innovando en técnicas de ordenación de las vías.

Es posible que innovar en las medidas necesarias para que buses eléctricos o tranvías puedan transitar más rápidamente por la Séptima sea muchísimo más económico que insistir en las obras tradicionales. En realidad, en este momento la velocidad promedio se disminuye significativa y sistemáticamente únicamente en dos trayectos: en el sentido sur-norte por las tardes entre la 63 y la 85 y en el sentido norte-sur en las mañanas entre la 127 y la 92.

En este último tramo lo que sucede es un aumento extraordinario del flujo de buses azules, automóviles y vehículos de trabajo que sube por la 127, la 116 y la 100 y disminuye cuando bajan por la 94 o suben a la Circunvalar por la 92. La demora promedio actual en este tramo es de más de 30 minutos y es posible que pueda solucionarse con cambios en la forma como se sube a la Circunvalar, con modificaciones en las rutas del SITP o con una mayor ordenación de los espacios, los sentidos de las vías y los semáforos en los barrios cercanos.

El problema en el sentido sur-norte lo ocasionan la mala programación de los semáforos y las dificultades causadas por las desviaciones hacia la Circunvalar y La Calera entre la 84 y la 85. En ocasiones se conforman problemas graves que duran más de 15 minutos en resolverse, pero en general el tiempo perdido en ese trayecto es inferior a 10 minutos.

Ojalá que la consultora haya calculado la velocidad promedio en el resto de la Séptima, se haya dado cuenta de que no va a ser posible mejorarla con un Transmilenio tradicional, que en el estudio de costos beneficios eso se tenga en cuenta y que lo publiquen.

 

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