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El centro exquisito

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Julio César Londoño
16 de abril de 2022 - 05:30 a. m.
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Hay para todos los gustos: la extrema derecha, el centro y la centroizquierda tienen candidatos definidos (el adjetivo no encaja mucho con Fajardo, pero sigamos). Los que siguen a Fico tienen sus razones: consideran que, con respecto a las tecnologías de la Violencia, la motosierra es una innovación chévere pero satanizada; que la “donbernabilidad” es la única manera de bajar los homicidios, o al menos los indicadores; que matar indios será un crimen pero no es pecado; que los manifestantes pierden los ojos porque los ponen en las trayectorias de los proyectiles del Esmad; que las campesinas embarazadas son en realidad fábricas de maquinitas de guerra; que ponerles internet a los pobres es una güevonada; que los falsos positivos no fueron 6.402 sino 6.204; que los ambientalistas son románticos histéricos; que el calentamiento global es un imposible meteorológico en planetas planos y que la corrupción es inherente al ser humano.

Además, la derecha es una Oficina con 200 años de éxitos ininterrumpidos, alegan. Tienen razón.

Petro asegura que dos siglos de guerras y miseria son justamente la prueba de que las “oficinas” son un desastre, ambas, la cachaca, tan estirada, y la paisa, “de lavar y planchar”, como Fico. Tiene razón.

El centro es exquisito por definición. Aristotélico. “Ni tanto que se queme el santo ni tanto que lo pongamos en la Presidencia”. Buscan con celo el punto medio, la “aurea mediocritas”, ¡y la alcanzan!

Abominan de las hordas de la extrema derecha por mil razones, todas válidas, pero no soportan a Petro. Es honrado pero chandoso, rezongan. “Parece que hizo algo de trabajo social en la periferia”, conceden algunos, “pero hay vacíos teóricos en la matriz estocástica de su modelo económico… ¡para no hablar del acento y las uñas de Francia!”. Lo dicho, son exquisitos, técnicos, ambientalistas y equilibrados, hasta que llega la hora de la verdad y una fuerza fatal, atávica, genética, la gravitación de los siglos, los arrastra a la derecha. Entre lo repugnante y “el salto al vacío”, se tapan sus delicadas narices y se arrojan a la letrina del uribismo con una resignación patriótica admirable.

César Gaviria, el Turbay de Pereira, es de centro en el sentido pascaliano del término: la política colombiana es una esfera cuya superficie está en todas partes y el centro en ninguna, como Gaviria, que repetirá su performance de 2018 con ligeras variaciones. Hoy, como entonces, Gaviria maquina largamente entre lámparas y cuadros como una princesa tudor; ya montó en cólera contra una caucana negra (en 2018 insultó a un paisa blanco) y finalmente se alineará en las filas de los paisas blancos, como entonces. La gravitación de los siglos… los estertores de la Oficina de Bogotá… la continuación del largo reinado de la Oficina paisa.

Fajardo es centro-centro. Quizá por esto mismo no sabe qué hacer. “Me dicen que no frunza el ceño, que no mueva las manos así, que no apiñe los dedos, que ataque pero no mucho…”. Su tragedia estriba en que él es un profesor que no enseña nada. Para rematar, no le copian ni en la casa, ni la exesposa ni la novia. Así es muy difícil.

¿En qué mares llorará su derrota después del 29 de mayo? Nadie lo sabe. Lo único claro es que huirá de las ballenas como de la peste y que, aunque su asco por Uribe es real, su odio por Petro es mayor. Después del 29 se cortará los crespos y dejará en libertad a sus prosélitos, cual magnánimo Gaviria. Huérfanos de líder, este puñado de exquisitos (la crema de la inteligencia bogotana… la inercia de los siglos…) votarán en blanco, él llorará en el regazo de la bella y talentosa María Ángela Holguín, y el país chapaleará otros cuatro años en el mar de sangre y oro de la Oficina.

Bienvenidos al pasado.

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Dick(49353)18 de abril de 2022 - 04:36 a. m.
Exquisita su columna, señor Londoño. Aplausos.
Rocio(21165)17 de abril de 2022 - 11:15 p. m.
Y entonces, por quién nos dice que votemos. Fajardo si tiene posiciones que no puede gritar o expresarse mucho. Y también con la experiencia de dirección y al mismo tiempo de carreras hacia la presidencia no solo el, sino los que seguimos por ese sendero, si estamos claros. Y nos falta fuerza, vamos llegando. Y espero mejores resultados
Fernando(61497)17 de abril de 2022 - 08:24 p. m.
JCL entra en un proceso de descalificación a todo lo que no sea de un alineación política. Y por muy prosa distinguida que emplee, renuncia a la imparcialidad cuando solo ve la viga en el ojo ajeno. Una lástima.
  • Julio(16529)20 de abril de 2022 - 05:43 p. m.
    La opinión no tiene que ser imparcial.
Clemencia(earx4)17 de abril de 2022 - 06:56 p. m.
Fico, el oficinista, gana en segunda. Petro perderá porque los tibios fajardistas votarán en blanco. Tendremos el primer presidente "ñero". Y como profetizó un ciudadano de sombrero: "porque bala es lo que viene..."
Luis(itkq6)17 de abril de 2022 - 06:26 p. m.
Lo de la Picota es cumulo de corrupcion de altos directivos, políticos y carcelarios, Petro buscando apoyo de los políticos mas corruptos del pais. Prometiendo INMUNIDAD, si la Justicia es INMUNIDAD. Buscar apoyo en cárceles, ignominia. Vergüenza política. Es el colmo de la bajeza. Con ejemplo en la puerta y colombianos buscan a su Chávez, en Petro? Pacto Histérico, solo políticos corruptos.
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