Según el antiguo y venerable derecho de la neutralidad, el territorio de las potencias neutrales es “inviolable” (art. 1, “Convención relativa a los derechos y a los deberes de las potencias y de las personas neutrales en caso de guerra terrestre“ -Convención de La Haya V-, 18/10/1907). Por consiguiente, las partes en un conflicto no pueden utilizarlo de ninguna manera relacionada con el conflicto, p. ej., para el transporte de equipamiento para la guerra (art. 2, Convención de La Haya V). Empero, ¿cuándo pierde un Estado su neutralidad? En tiempos de alianzas de defensa colectiva, una neutralidad absoluta solo puede darse si un Estado, como Suiza, no pertenece a dichas alianzas y no participa en medidas colectivas de mantenimiento o estabilización de la paz. Ya esto demuestra que el derecho de la neutralidad está en cierta tensión con el derecho de la seguridad colectiva. Si, por ejemplo, el Consejo de Seguridad de la ONU decide llevar a cabo medidas de mantenimiento de la paz contra un Estado agresor en el sentido de los arts. 41 y 42, Carta ONU, todos los Estados miembros de la ONU, incluidos los Estados neutrales como Suiza, están obligados a cumplir estas medidas. Si el Consejo de Seguridad no está habilitado para actuar, debido al veto de un miembro permanente (p. ej., Rusia), la Asamblea General de la ONU (AG) puede adoptar recomendaciones, ya sea motu proprio (art. 10, 11, Carta UNU) o en el marco de una Uniting for Peace (U4P) Resolution (en detalle, Barber, EJIL: Talk, 26/2/2022). Si bien las resoluciones de la AG no son vinculantes, legitiman la adopción de las medidas correspondientes y, por tanto, también superan las posibles objeciones basadas en el derecho de neutralidad.