Cada vez más, el simplismo propio de la radicalización política es el que define el cubrimiento noticioso. Los lugares comunes, las frases de cajón y los debates inflados reemplazan el periodismo que cuestiona. Los grandes medios siempre han tenido orientaciones políticas, pero cuando aún tenían vida algunos independientes, los hallazgos periodísticos moldearon la opinión pública y cambiaron el tablero: el Proceso 8.000 marcó el rumbo electoral del 96; la parapolítica cambió el mapa regional y el carrusel de la contratación generó un escepticismo bogotano que aún no se disipa. Hoy ocurre al revés: buena parte de la prensa se...

Por Lariza Pizano
Politóloga de la Universidad de los Andes, académica y especialista en política colombiana.
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