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Ocupar la ciudad

Lariza Pizano
10 de marzo de 2024 - 02:05 a. m.

La seguridad no se trata solo de poner más policías ni de armar frentes de seguridad que siempre terminan mal; se trata también de que la gente esté más tiempo en la calle.

Está demostrado que los lugares más miedosos son aquellos en los que no pasa nada, en los que no hay nadie, donde cuidarse mutuamente es difícil. Por eso es tan interesante el experimento que hace unos años inició Bogotá: abrir gimnasios nocturnos y las canchas de fútbol en 30 parques después de las 8 p.m. para promover la actividad física y reducir la inseguridad.

Sin embargo, mantener en el tiempo una oferta como esa solo es posible con plata pública. En las condiciones actuales es impensable que a los privados se les ocurra abrir establecimientos y espacios para que la gente tenga lugares de encuentro por fuera de las horas habituales. Una de las razones de esa dificultad, tal vez la más importante, es el costo de las horas extras.

Comerciantes y restauranteros de todo el país expresaron su preocupación por la ley que a partir de 2023 comenzó a recortar año por año una hora a la semana de la jornada laboral. En Bogotá, las agremiaciones señalaron que al aumento de costos y la reducción de clientes se han sumado los mayores costos de tener meseros y chefs por la noche.

Como resultado, la vida nocturna de las ciudades —incluida Bogotá— se empobreció aún más. A las 10 de la noche todos los clientes tienen que comer de afán porque les avisan que cierran las cocinas y a las 11 reciben las cuentas. Mientras en México o Buenos Aires los domingos son de esparcimiento, a las seis de la tarde en Bogotá no hay donde tomarse un café.

No se trata de no pagarle lo justo a la gente que trabaja horas extras, sino de ser creativos para que los lugares que le dan vida a la ciudad no tengan horarios de oficina. Algunos, como el concejal y excandidato Juan Daniel Oviedo, ya han planteado fórmulas creativas para que la ciudad opere de noche. Plantea él, por ejemplo, la necesidad de incentivos fiscales para compensar horas extras.

Además de la vida que generan los lugares abiertos al público está la que permiten los espacios recuperados. Andenes bien hechos, calles iluminadas y esquinas sin basura son claves para que la percepción de seguridad mejore. La belleza importa.

Hoy en día, el 37 % de los habitantes de Bogotá se sienten miedosos, sobre todo de sufrir un atraco individual o masivo. Por eso, ante la saturación de casos en las redes sociales, muchos prefieren no salir de sus casas, fortaleciendo el círculo vicioso que lleva a la ciudad vacía.

Los policías se necesitan, más cuando se trata de cuidar lugares llenos de gente. Pero en ciudades grises y despobladas, el vacío siempre generará desconfianza, miedo e inseguridad. Además de la coordinación entre autoridades, para impulsar la seguridad en Bogotá, diseñar políticas para ocupar las calles -unas buenas calles- también debe ser una prioridad.

Lariza Pizano

Por Lariza Pizano

Politóloga de la Universidad de los Andes, académica y especialista en política colombiana.

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Alfredo(08585)11 de marzo de 2024 - 01:46 a. m.
El acoso al derecho a la ciudad por la inseguridad y las medidas restrictivas revela una paradoja: ¿cómo proteger la libertad sin limitarla? En el intento por salvaguardar la seguridad, los gobiernos pueden restringir la movilidad y los derechos civiles. Esta dicotomía pone en tela de juicio la relación entre libertad y seguridad, desafiando la búsqueda de un equilibrio que garantice ambos principios fundamentales en la convivencia ciudadana.
Felipe(94028)10 de marzo de 2024 - 10:57 p. m.
La gente acude a los centros comerciales porque tiene mucha oferta comercial y de ocio en un espacio mucho más seguro que la calle. Pretender convertir algunas calles, sería imposible en todas, en lugares de ocio nocturno no es ninguna novedad, sobre todo para los vecinos que sufren los ruidos y molestias, motos y carros en los andenes, orines y vomitonas por cada esquina. La ministra de trabajo española está siendo muy criticada por pedir una hora de cierre más temprana de los restaurantes.
rafael(74893)10 de marzo de 2024 - 10:21 p. m.
Los mayores costos de bares y restaurantes no está en la mano de obra, está en los absurdos arriendo que pagan por lo locales, parte de la especulación inmobiliaria en ciudades como Bogotá Medellin o Cartagena.
Oscar(05107)10 de marzo de 2024 - 08:32 p. m.
No estoy de acuerdo con su incipida propuesta si en el día y a plena hora pico los maleantes hacen de las suyas, en la noche y al amparo de la oscuridad sería el caos total
angel(oyg0i)10 de marzo de 2024 - 08:24 p. m.
Se puede pensar en impuestos para salarios y pensiones de más de 7 millones de pesos mes; para mejorar bienestar social de personas con salarios de menos de 2 millones de pesos mes; pero los gobiernos deben tener cuidado con la creación de empleo formal y su posterior mantenimineto, a través del tiempo. Los ingresos por empleo formal son la principal fuente de distribución d ela riqueza de una sociedad
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