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Orfandad

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Lariza Pizano
24 de agosto de 2025 - 05:07 a. m.
“La política colombiana está marcada por la orfandad”: Lariza Pizano.
“La política colombiana está marcada por la orfandad”: Lariza Pizano.
Foto: Archivo Particular
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Colombia es, en esencia, un país de huérfanos. Lo es por la violencia que nos ha arrebatado padres y madres en cada región, y también por la orfandad simbólica que deja un Estado incapaz de cumplir sus promesas mínimas de seguridad y justicia. La palabra patria proviene de padre: es el lugar que debe proteger, amparar y dar sentido. Pero aquí, los padres —también los de la patria— se van, se mueren o los matan. Ni la tierra ni la patria abrigan o resguardan.

Han pasado ya casi dos semanas, pero la tragedia del asesinato de Miguel Uribe sigue teniendo viva esa sensación. En parte, porque el impacto colectivo de su homicidio también ha estado ligado a la repetición de un ciclo de ausencia, y en parte porque su padre parecería estar tramitando el dolor en una nueva candidatura. Cada cual tramita sus dolores como puede y como quiere, y los políticos en Colombia lo han hecho de maneras propias y diferentes.

Porque la política colombiana está marcada por la orfandad. En esta contienda presidencial han figurado cinco aspirantes hijos de padres asesinados por violencia política: Juan Fernando Cristo, Juan Manuel Galán, María José Pizarro, Iván Cepeda y Miguel, en su triple condición de huérfano y de hijo y padre ausente. La paradoja es brutal: quienes deben orientar la brújula de la sociedad cargan sobre sí la orfandad de la nación.

Más que constatar el hecho, que es relevante, lo crucial es encontrar los caminos para tramitar ese vacío. ¿De qué manera los padres de la patria tramitan su duelo y se preparan para guiar a la ciudadanía? Algunos lo han hecho desde la obsesión, el resentimiento y la mano dura, traduciendo el dolor en cruzadas implacables. Otros han optado por la resiliencia democrática, por transformar la pérdida en búsqueda de consensos y de reconciliación, incluso. Los Galán construyeron su narrativa desde la emulación, la integridad y la serenidad. María José Pizarro habla de paz. Juan Fernando Cristo eligió el perdón como salida liberadora frente a un camino judicial sin esperanza. Iván Cepeda hizo de la memoria y de la exigencia de responsabilidades estatales su causa, y Álvaro Uribe convirtió la muerte de su padre en motor de una política de seguridad que se tradujo en mano dura.

La ciudadanía —los gobernados— también carga su orfandad: huérfanos de representación, de instituciones sólidas, de un Estado que proteja, y tramitan el dolor en desconfianza y desencanto. Las encuestas de agosto confirman que la mayoría cree que el país va por mal camino, más de la mitad ve el futuro con miedo y la inseguridad sigue siendo la mayor preocupación.

El horroroso asesinato de Miguel Uribe nos recordó atrapados en un ciclo de pérdidas y de confrontaciones entre víctimas que reclaman superioridad moral sin razón, porque muertos hay de todos los lados en una patria que no es patria.

De cómo tramitemos colectivamente esta orfandad y de cómo lo hagan los políticos —desde la venganza o desde la resiliencia, desde el plomo o desde el propósito— dependerá si seguimos condenados a producir huérfanos y repetir la historia, o si logramos algún día construir un Estado que ejerza como un padre. Una patria que al menos cumpla con las mesadas mínimas de seguridad y de justicia.

Lariza Pizano

Por Lariza Pizano

Politóloga de la Universidad de los Andes, académica y especialista en política colombiana.
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Dionisio(cvtsc)25 de agosto de 2025 - 07:34 a. m.
En condiciones normales todos moriremos huérfanos, es el ciclo natural. El deseo de que el padre nos arregle la vida refleja un atraso en el proceso de maduración e independencia, similar a los que confían en que Dios sí lo hará. La construcción de un Estado que esté en función de los ciudadanos y nuestro crecimiento depende de asumir esta responsabilidad y vamos muy mal: la mitad del país vive excluida y a la otra le funciona a medias.
Mar(60274)25 de agosto de 2025 - 04:22 a. m.
Y por qué no muestran fotos de los hijos e hijas de los líderes y lideresas sociales, asesinados y asesinadas? solo lloran la muerte de los de estrato 6 cuando los líderes y lideresas son las y los que luchan por la gente, Miguel Uribe, no hizo NADA, por Colombia, solo prometer más violencia, armando a la gente.
wilson rozo(72314)25 de agosto de 2025 - 01:12 a. m.
Llamar las acciones de gobierno de Uribe Vélez "política de mano dura" es condescendiente con los hechos criminales que allí se sucedieron, las cosas por su nombre, ese fue un gobierno criminal
UJUD(9371)24 de agosto de 2025 - 11:33 p. m.
Porqué no habla la columnista con las madres de los 6.402 asesinados ( ni las menciona) que sí saben cómo se gestiona ese sufrimiento que les ha tocado padecer ?
Felipe Fegoma(94028)24 de agosto de 2025 - 11:02 p. m.
Según Migración Colombia, cada día huyen más de 1.000 colombianos, buscan un futuro y una seguridad que este país asesino, rezandero, corrupto y traqueto, les niega. No, este pudridero no tiene remedio y prometer imposibles es la peor de las mentiras a un pueblo desesperanzado. Maldita tierra de muertos en donde hay mucha gente buena, pero con más gente mala y de peor condición que en cualquier otro lugar del planeta.
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