Es tan ambigua la figura de Iván Duque, que después de tres años uno no sabe si es malo o se hace. Si es moderado o si es facho. Si conoce las normas o no. Si es ingenuo o un mediocre peligroso. Para los periodistas era fácil descifrar a Uribe, a Duque no.
Sus posiciones ante lo sucedido la semana pasada son una mezcla de ignorancia y maldad. Frente a la decisión de la Corte Constitucional sobre aborto, se entrometió en la Rama Judicial al descalificarla diciendo que cinco “personas” no pueden decidir sobre las mayorías. Como si esas personas no fueran magistrados facultados por la Constitución para tomar decisiones de esa...

Por Lariza Pizano
Politóloga de la Universidad de los Andes, académica y especialista en política colombiana.
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