Una cruel resiliencia

La palabra “resiliencia” se puso de moda en Colombia con la liberación de Clara Rojas e Íngrid Betancur. “Resilientes”, les dijeron en todos los reportajes hechos desde 2008, en los que valoraban cómo habían aguantado años en la selva. Senderos de resiliencia, llamó Clara a su podcast. “Resiliencia: ¿resistir o morir?”, tituló un medio español la historia de Íngrid.

Desde hace unos años, ya por cuenta de la firma de la paz, la palabra “resiliencia” se convirtió en un calificativo para comunidades enteras. Sobre todo, para aquellas que más habían sufrido el impacto del conflicto: comenzó a hablarse de la resiliencia de las...

Por Lariza Pizano

Politóloga de la Universidad de los Andes, académica y especialista en política colombiana.

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Patricia(11659)•09 de enero de 2021 - 05:04 a. m.

Como se pretende resiliencia si no ha habido intervención psicológica? De hecho estamos en condición de trauma y todo lo que ello significa, será que estamos desausiados, esperando milagrosas salvaciónes? O salvadores? Estamos a la deriva y con el timón trabado.

JOSE(25932)•09 de enero de 2021 - 12:56 a. m.

Con este término han querido ocultar la realidad, cual es la pobreza, miseria falta de oportunidades de buena parte de la población así como explotación de la mano de obra no calificada y tercerización laboral. Es por resilientes que el gobierno acaba de subir un 2 % el salario mínimo. Con dicho término le restan capacidad de lucha a sectores de la sociedad y se parece mas a "obediencia".

Alberto(3788)•08 de enero de 2021 - 10:29 p. m.

Muy buena. De acuerdo.

Humberto(12832)•08 de enero de 2021 - 09:09 p. m.

Usted dice que el presidente usa la palabrita "para felicitar a los colombianos por el aguante". ¿Vio? resiliencia no es aguante: es la capacidad que se manifiesta una vez que se termina el agente que ha generado la presión. Cuando se habla, en medio de la presión, en este caso de la pandemia, es la capacidad de recuperación que se tendría una vez terminada la pandemia.

Alexis(59123)•08 de enero de 2021 - 06:48 p. m.

Buena reflexión sobre el uso y abuso de una palabra que, además, quedó dentro de las diez más usadas en 2020. Solamente me disgusta el último párrafo de su artículo. La ironía es uno de los tropos más difíciles de usar pues puede perder su potencia y caer en la reiteración insulsa, como es el caso de este párrafo final.

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