En un país sobrediagnosticado como Colombia, donde decenas de violentólogos académicos han estudiado las causas de la tragedia cotidiana, la verdad puede tener poco de nuevo.
Lo noticioso, frente al Informe final que acaba de lanzar la Comisión de la Verdad, es que los esclarecimientos vengan del mismo Estado. Eso se le olvidó al gobierno Duque, quien, mezquino y pobre de espíritu como es, dejó plantado al país en la presentación del Informe el pasado martes.
Pero la Comisión se sobrepuso a los desplantes del mismo Estado y presentó una síntesis de las verdades derivadas de años de investigación y de un proceso en el que se oyeron...

Por Lariza Pizano
Politóloga de la Universidad de los Andes, académica y especialista en política colombiana.
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