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En Colombia, el debate del aborto siempre polariza y enfrenta dos visiones muy distintas sobre la vida y el cuerpo de las mujeres. Sin embargo, mientras algunas discuten al respecto en redes sociales, en el Congreso y en las calles, otros, que no deberían tener ni voz ni voto en este asunto, están tomando decisiones por debajo de la mesa: las Entidades Prestadoras del Servicio de Salud (EPS).
Si en algo pueden estar de acuerdo tanto opositores del aborto, como las defensoras del derecho, es en que una EPS no puede tomar una decisión tan importante como esta.
Después de dos semanas de discusión, la Corte Constitucional reafirmó que abortar es un derecho bajo las tres causales permitidas (si la vida de la mujer está en riesgo, si el embarazo es producto de una violación o si el feto tiene malformaciones graves), y les recordó a las EPS que no pueden imponerles barreras a las mujeres que quieren interrumpir su embarazo legalmente.
Ojalá esta decisión sirva para que, al fin, las EPS dejen de incumplir con la ley. La Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres elaboró un pequeño ranking para clasificar a las EPS que peor atienden solicitudes de abortos y envió una petición a la Superintendencia para que esto no pase de agache y las EPS sean sancionadas con multas. El estudió analizó 90 casos de mujeres que requirieron este servicio entre junio de 2016 y junio de 2018. Como resultado, las EPS que más incumplieron y negaron abortos son Compensar, Sanitas, Cafesalud y Salud Total.
Por ejemplo, Compensar se opuso a practicarle un aborto a una mujer de 33 años, quien se vio obligada a presentar una acción de tutela para que le realizaran el procedimiento pues el embarazo estaba afectando su salud. Estuvo seis semanas sin respuesta, visitó tres hospitales diferentes, sin que nadie la atendiera. El reloj en estos casos es un enemigo de las mujeres. Al jugar con su tiempo, Compensar estaba jugando con sus derechos.
Ese es el común denominador de lo que se encuentran las mujeres en estas EPS: las obligan a ir de un hospital a otro, les niegan el servicio o les dicen que no hay médicos disponibles. En últimas, las desgastan en el proceso, para finalmente resolver que no pueden hacer nada pues el embarazo está muy avanzado.
Por eso, si una mujer con un embarazo de varios meses llega a solicitar un aborto, muy seguramente es porque ha sido sometida a largas esperas, porque se ha encontrado con problemas en el sistema de salud, con barreras de información, o porque viven en contextos de violencia. Es decir, son las mujeres más vulnerables.
El asunto es sencillo: las mujeres deciden, los médicos certifican que esté en el marco de la legalidad, y las EPS deben tener disponibles los servicios. De ahora en adelante, las mujeres deberíamos tener este ranking en mano antes de escoger EPS para salvarnos de que nos nieguen los servicios de salud sexual y reproductiva. El aborto es un derecho para todas. No pueden seguir castigando a las mujeres. Tampoco debería ser solo un privilegio para las que pueden pagarlo.
* Mariángela Urbina, Viviana Bohórquez, Juan Carlos Rincón.
