El narcotráfico es el elefante en la habitación que nadie quiere ver en Barranquilla. O sí, para admirar la prosperidad momentánea (o duradera) de quienes lo ejercen, unos. Para ignorarlo por miedo, otros. Para desentenderse por cómplices, varios: la llamada omertà. Todos, eso sí —es, de hecho, la imposición primaria de la omertà— muy discretamente, muy en silencio, muy mudos.
La movida reciente más notoria de este animal tremebundo, que deja su pisada sísmica y resopla en la cara de tantos, ocurrió esta semana tras el asesinato en España de Roberto Vega Daza, el último miembro de un clan de narcos guajiros que tenía...
Por Laura Ardila Arrieta
Periodista Caribe con un gusto especial por la crónica y los reportajes sobre el poder. Autora del libro ‘La Costa Nostra’, historia no autorizada del clan Char. Ha ganado cinco premios nacionales de periodismo, incluyendo el Simón Bolívar en la categoría Periodista del año en dos ocasiones.