Como casi toda la Colombia de la periferia, Sucre nunca ha sido una plaza fácil para ejercer el periodismo. Allí, la prensa ha tenido que convivir con las castas políticas clientelistas que dominan el poder desde la fundación del departamento y, de varias décadas para acá, con los armados ilegales que muchas veces han llegado a controlar lo público. A esto se suma el dolor de siempre de la ausencia de condiciones dignas para trabajar, los sueldos bajos y una dependencia asfixiante de la pauta oficial.
En este panorama hostil, la voz de María Victoria Bustamante lleva años destacándose por su coraje y compromiso. Nacida en Sincelejo, comenzó a ejercer desde que era estudiante universitaria, hace poco más de dos décadas, sin hacer concesiones frente a lo que está mal. Ella fue la primera periodista que habló de las once ejecuciones extrajudiciales cometidas por la Fuerza de Tarea Conjunta del Ejército en Toluviejo, y también se atrevió a denunciar el saqueo de recursos públicos de las autodefensas en la salud y en obras civiles. Varias de esas historias le costaron amenazas y tener que vivir un tiempo bajo la protección de esquemas de seguridad del Estado.
Por ello, a nadie que la conozca sorprende que, por estos días, le haya puesto el ojo a un botín político clave: la elección de rector de la Universidad de Sucre, que cuenta con el segundo mayor presupuesto del departamento después de la gobernación (poco más de 110 mil millones de pesos) y es apetecida por las maquinarias, además, debido a su capacidad de movilizar votantes. En una nota en El Heraldo, periódico en el que trabaja como corresponsal hace 14 años, María Victoria contó de una denuncia que le llegó, según la cual el actual rector, Jaime de la Ossa, habría dado la orden de desbaratar cualquier candidatura que amenazara la victoria de sus cartas Johnny Avendaño Estrada y Juan Carlos Ríos, ambos vinculados al entramado de poder que controla la institución.
La denuncia también señala que a trabajadores de Unisucre y de la Corporación Autónoma Regional de Sucre (Carsucre) les estarían exigiendo votos de egresados a favor de los candidatos afines. Pero, en lugar de pedir una investigación, en la Asamblea del departamento algunos optaron por atacar a la periodista. Jorge Pérez Vides, diputado liberal conocido por ser cercano a Johnny Avendaño, la señaló públicamente como mentirosa y puso en duda su reconocimiento.
Pero resulta que lo que señala la denuncia publicada por María Victoria tiene una lógica y unos vasos comunicantes probados. Hace seis años, Jaime de la Ossa llegó a la rectoría bajo la sombra de Yahir Acuña, el hoy alcalde de Sincelejo al que la Corte Suprema citó a indagatoria hace unos meses por presuntamente promover grupos armados al margen de la ley. En ese entonces, el candidato de Acuña para manejar Unisucre era Johnny Avendaño, quien no tenía los apoyos suficientes en el Consejo Superior, pero contaba con el voto del representante de los egresados, un viejo aliado de Yahir que efectivamente inclinó la balanza a favor de De la Ossa, que ahora estaría devolviendo el favor respaldando a Avendaño. Ese representante clave se llama Jorge Pérez Vides, el mismo diputado que ahora ataca a María Victoria Bustamante por ponerle el foco a este proceso.
Averigüé y hoy Johnny Avendaño no es ficha de Yahir Acuña, sino que ha podido construir su propia estructura de poder controlando no solo la Unisucre, sino también Carsucre y la Secretaría de Educación departamental.
Luego de la publicación de María Victoria, el Consejo Académico realizó una preselección y dejó sólo a cuatro aspirantes. Entre ellos, como era previsible, a Johnny Avendaño. La elección de rector será el próximo 3 de abril, pero en Sincelejo todo el mundo dice que la silla tiene ya ese nombre escrito.
María Victoria Bustamante no busca reflectores y está lejos de cualquier divismo. Es sencillamente (con la grandeza e importancia que eso implica) una periodista regional imprescindible. Quienes la preferirían calladita deben saber que no está sola.