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El verdadero problema de ‘Blancanieves’

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Laura Galindo
04 de abril de 2025 - 05:05 a. m.
“Disney también hizo modificaciones que correspondieron a la moralidad de la época y al “progresismo” de 1937”: Laura Galindo
“Disney también hizo modificaciones que correspondieron a la moralidad de la época y al “progresismo” de 1937”: Laura Galindo
Foto: EFE - ALLISON DINNER
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Si el live action de Blancanieves es malo es porque está mal producido y mal escrito, no porque haya un exceso de progresismo –suponiendo que existe tal cosa– o porque hayan transformado un clásico de Disney.

Para comenzar, Blancanieves es un cuento de hadas alemán que perteneció a la tradición oral y que en 1812 fue compilado por los hermanos Grimm en la primera edición de Cuentos para la infancia y el hogar, un intento por recuperar las historias fantásticas de la tradición germana. En ese orden de ideas, Blancanieves y los siete enanos, la película de 1937, ya es, de por sí, una versión animada, de la versión escrita, de una historia oral.

Si se tratara de comparar, la producción de Disney también hizo modificaciones que correspondieron a la moralidad de la época y al “progresismo” del momento. En el cuento de los hermanos Grimm, los enanos no tienen personalidades individuales, ni nombres ni se diferencian entre sí, son simplemente una masa; Blancanieves no se despierta con el beso del príncipe, él le compra a los enanos la urna de cristal en la que ella reposa y, mientras sus sirvientes la cargan de camino al castillo, tropiezan, la sacuden y ella escupe la manzana envenenada; la bruja es torturada por el príncipe, quien la obliga a bailar con zapatos de hierro ardiente hasta que muere, y el espejo no es un espejo mágico, relación directa con la brujería, sino un espejo fantástico.

Para 1937, normalizar la tortura, la envidia como justificación criminal, la compra de cadáveres con fines decorativos y la deshumanización de personas con enanismo ya representaba un problema ético.

Ahora bien, los cuentos de hadas tienen una finalidad pedagógica en la infancia: explicar, a través de ejemplos, los estados de la mente. Los deseos, las contradicciones, las necesidades, las intenciones y las experiencias de dolor. Esto con el fin de que los niños tengan sus propias creencias, las distingan de las de los otros y puedan actuar en función de ellas. Según explica Jerome Bruner en su libro Acts of meaning, los cuentos de hadas plantean problemas existenciales de forma simple y permiten establecer relaciones de causa y efecto. La envidia produce odio y está mal; la benevolencia es sana y está bien.

Los estados de la mente están mediados por las premisas sociales de cada época. Por ejemplo, hablar de esclavos no era problemático en 1800, pero en este momento es tremendamente inadmisible. Es apenas lógico que la nueva versión de Blancanieves se enmarque en discusiones sobre el rol de la mujer, la conciencia social y los activismos por la desigualdad. La evolución del arte y sus narrativas debe ser consecuente con la evolución del mundo. No es una apuesta, es una obligación.

Si este remake de Marc Webb no cumple las expectativas del público es sencillamente porque ni el guión ni la música –siendo un musical– funcionan ni conmueven. Nada tiene que ver con la transformación, de la transformación, de la transformación de un cuento de hadas alemán.

@LauraGalindoM

Laura Galindo

Por Laura Galindo

Periodista musical y cultural. Pianista de la Universidad Javeriana, magíster en piano de la Universidad Eafit, magíster en periodismo de la Universidad de Los Andes y MFA en Creative Writing de la New York University -NYU-. Editora cultural y presentadora en RTVC Noticias, de Señal Colombia.
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Juan Jose Rincón Cardenas(61956)08 de abril de 2025 - 11:43 p. m.
Muy culta como siempre Laura, columnnista necesaria en El Espectador.
Lola Cortes(15127)05 de abril de 2025 - 07:08 p. m.
La que se despierta con un beso del príncipe no es Blancanieves, es la Bella Durmiente. No me parece que en las versiones de este cuento se deshumanice a los enanos, por el contrario, les dan un papel preponderante al ser quienes ayudan a la princesa, no hay que temerle a los enanos.
Edgar Salamanca(40706)05 de abril de 2025 - 04:28 p. m.
Lo comparto totalmente.
Marcar(6115)05 de abril de 2025 - 02:07 p. m.
Siempre me gusta leerla. Muy bien jalada esta columna de la que estoy muy de acuerdo, porque no habría poder humano que yo viera semejante bodrio de película. En cambio Flow, que es una obra maestra, la tuvieron en cines de pueblo un par de semanas y qué trabajo conseguirla en streaming. Seguro habrá público para estas mediocridades y las buenas se quedan poco tiempo porque no hay clientela
Javi(46612)05 de abril de 2025 - 11:32 a. m.
Confieso que me aburre lo que ocurre hoy, quizá me quede en el pasado donde veía a todos mis amigos de la misma manera, ahora este afán de perfilar y segmentar razas, géneros, gustos, no es más que materia prima para políticos rastreros de los que abundan en Colombia y crear pequeñas sectas furiosas.
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