Ambiente y universidad, un desafío inaplazable

El pasado 5 de junio se conmemoró el Día Mundial del Medio Ambiente, celebrado cada año desde 1973 y dirigido por el programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) como la plataforma mundial más grande para la divulgación ambiental, en la cual participan millones de personas en todo el mundo. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó esta fecha para destacar la importancia de la protección y la salud del medio ambiente para el bienestar de los pueblos y el desarrollo económico en todo el mundo. En tal sentido, se constituye en una oportunidad de ampliar los conocimientos para la configuración de una opinión crítica y responsable de las personas, organizaciones sociales, empresas y comunidades en la preservación y mejora del medio ambiente.

Asimismo, la Asamblea General de la ONU declaró para este 2022, el año de las ciencias básicas para el desarrollo sostenible como una manera de destacar sus aportes para superar desafíos globales tales como el acceso universal a la alimentación, energía, atención sanitaria y uso de TIC.

En este contexto, se movilizan conocimientos, experiencias y prácticas de las comunidades locales y los pueblos indígenas para apoyar su inclusión en la adopción de decisiones sobre el ambiente. Existe la oportunidad de visibilizar ante toda la ciudadanía los avances logrados por el programa Dignificar lo público en términos de la sostenibilidad ambiental, que fue una prioridad para esta administración.

En primer lugar, se puso en el escenario nacional el debate educativo y político sobre la crisis ambiental en diferentes esferas: desde el conocimiento del movimiento ambientalista en América Latina, las epistemologías del sur, los saberes de las comunidades en sus territorios, y de las juventudes, así como demás actores involucrados; todo ello desde la cátedra ambiental que convocó a estudiantes, profesores, egresados, funcionarios y actores del Sistema Universitario Estatal (SUE) y de otras instituciones que se sumaron a este espacio formativo y que generaron propuestas innovadoras para entender la problemática ambiental y sobre todo generar prácticas sustentables tales como la producción de alimentos en universidades y barrios, cuidado de las semillas y protección del agua, asociados a los saberes ancestrales y activismo propositivo, que están basados en el arte, las ciencias y las humanidades.

Además de la cátedra ambiental, se logró concretar la Política Ambiental de la Universidad Pedagógica Nacional adoptada por el acuerdo 008 de 2021 del Consejo Superior. La construcción de esta política aporta a la discusión vigente acerca de la forma como el ser humano se relaciona con el ambiente y sus implicaciones actuales y futuras. Es así como establecen lineamientos y acciones basadas en los principios de ecoresponsabilidad, cooperación interinstitucional, cuidado de la vida, buen vivir, cultura sanitaria, interdisciplinariedad y consumo responsable, que buscan contribuir con el mejoramiento ambiental y la participación de la comunidad universitaria.

Estos aspectos formativos y de política se articularon también al Sistema de Gestión Integral de la Universidad, en dónde se generó una cultura del cuidado del agua, la energía, el manejo responsable de residuos con la instalación de puntos ecológicos y la alianza con otras instituciones como la Alcaldía Mayor de Bogotá, la Secretaría de Ambiente, el Jardín Botánico, entre otras.

Este tipo de acciones sistemáticas de formación política y de gestión ambiental, son los aportes concretos que la Universidad Pedagógica Nacional le entrega al país para poder dar un paso hacia generar unas acciones responsables y concretas que contribuyan a enfrentar el calentamiento global y el cambio climático, así como el deterioro de los territorios, de la biodiversidad y de las comunidades que ponga como centro la acción de las universidades para poder alcanzar los tan nombrados objetivos de desarrollo sostenible, que aún se está muy lejos de concretar.

Rector, Universidad Pedagógica Nacional