El 8 de marzo se ha configurado como una fecha de conmemoración y reconocimiento a la lucha histórica de las mujeres en diferentes campos, en demanda y defensa de sus derechos ante la exclusión y las grandes desigualdades que aun las segregan y marginalizan. La declaración de esta fecha icónica recuerda las huelgas y manifestaciones femeninas gestadas a inicio del siglo pasado, por el derecho al voto, mejores condiciones laborales y equidad de género, y las vidas de aquellas mujeres que han sido martirizadas en el proceso.
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El 8 de marzo se ha configurado como una fecha de conmemoración y reconocimiento a la lucha histórica de las mujeres en diferentes campos, en demanda y defensa de sus derechos ante la exclusión y las grandes desigualdades que aun las segregan y marginalizan. La declaración de esta fecha icónica recuerda las huelgas y manifestaciones femeninas gestadas a inicio del siglo pasado, por el derecho al voto, mejores condiciones laborales y equidad de género, y las vidas de aquellas mujeres que han sido martirizadas en el proceso.
Producto de esos años de lucha, se han abierto camino en diversos espacios sociales, en donde su liderazgo y compromiso han marcado la diferencia y ha aportado a la construcción de sociedades más plurales, justas y democráticas.
La educación ha sido uno de esos campos marcado positivamente por el liderazgo femenino. Es posible reconocer en la historia de este campo diversos nombres femeninos, que cuestionaron el status quo y, que con sus esfuerzos y apuestas lograron asumir roles, hasta ese momento, ocupados por varones. Su trabajo impulsó la incorporación de la mujer al mundo académico y laboral; una de esas mujeres icónicas es María Montessori.
Esta médica, científica, antropóloga, feminista y reconocida pedagoga italiana nacida a finales del siglo XIX, encarnó roles casi exclusivos para hombres en un tiempo en el que la mujer estaba predestinada a ser ama de casa. La obra de esta importante pedagoga fue creada en el marco de un mundo convulsionado por las dos guerras mundiales y la necesidad de pensar la educación como un instrumento de paz, para formar en la solidaridad y en la cooperación. Es así como se adhirió al movimiento Escuela Nueva, un movimiento renovador surgido en ese momento histórico en Europa y Estados Unidos, que buscaba transformar la educación tradicional predominante y del que llegó a ser uno de los exponentes más significativos a nivel mundial.
Su esfuerzo y energía se focalizaron en divulgar la importancia de trabajar para un presente y un futuro en paz desde la educación. Su método pasó a ser reconocido como una filosofía sobre la reestructuración de la sociedad y sobre la paz; en el cual el niño pasó a ser un sujeto activo es su proceso educativo, que, al ser expuesto a un ambiente oportuno, se compromete con su propio aprendizaje, favoreciendo la concentración y el desarrollo de la autonomía. Dentro de su método, integró el trabajo con materiales concretos científicamente diseñados, que brindasen al niño posibilidades para explorar el mundo y desarrollar habilidades cognitivas básicas, permitiéndole reconocer el error por sí mismo.
Su espíritu reformista y profundamente crítico rompió los moldes de la mujer de su época y también la imagen que se tenía de la infancia, pues ideó un método visionario en el campo de la pedagogía: uno basado en el desarrollo de la creatividad, la autonomía del estudiante, la libertad de movimiento, el ambiente como oportunidad de conocimiento, todo ello, en oposición al formato y funcionamiento de la Escuelas de la época.
No obstante, el verdadero propósito de María Montessori no sólo fue facilitar el aprendizaje de matemáticas por medio de materiales creados para ello, o conseguir que los niños aprendieran a leer y a escribir por sí solos con un método que respetara sus necesidades, intereses y ritmos particulares, sino que además se concentró en convertir a la educación en el pilar para evitar los conflictos y construir la paz duradera.
Montessori fue una mujer que causó una verdadera revolución en la manera de percibir a los seres humanos y sus propias potencialidades, con su método de enseñanza cambió en gran medida la forma como se trabaja con la infancia en la educación preescolar y primaria alrededor del mundo. Los principios y desarrollos del método pedagógico de Montessori, continúan tan vigentes en la actualidad como en sus inicios.
En virtud de la importancia de su obra y de su trabajo, el Consejo Académico de la Universidad Pedagógica Nacional declaró el 2022 como el año Montessori, en conmemoración del septuagésimo aniversario de su fallecimiento y como una oportunidad para estudiar la vida y obra de una mujer que revolucionó la educación y que fue, y continúa siendo, inspiración en la construcción de la educación que la sociedad necesita.
Rector, Universidad Pedagógica Nacional