La recuperación del Hospital San Juan de Dios es un proyecto de país en el que está comprometida la Universidad Nacional de Colombia. Desde 1826, cuando el vicepresidente de la Gran Colombia, Francisco de Paula Santander, creó la Universidad Central de la República, antecedente de la UNAL, el hospital fue adscrito a la escuela de medicina, según el plan de estudios que se discutía para la época.
Si bien la escuela fue cerrada con la decisión del liberalismo radical de clausurar los colegios en 1850, el proyecto de creación de una nueva universidad de la nación incluyó la escuela de medicina como una de las primeras. Así, en la Ley 66 de 1867, que creó la Universidad de los Estados Unidos de Colombia, el “Hospital de caridad”, conocido como “Hospital de San Juan de Dios”, fue nuevamente adscrito a la escuela de medicina.
Con el traslado del Hospital a la carrera Décima con calle Primera, que se inició con la compra del predio de Tres Esquinas por parte del gobierno de Rafael Reyes en 1906 y culminó con el traslado de los primeros pacientes al edificio de maternidad en 1926, la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia afianzó su relación con el hospital. Esta relación permitió la profesionalización de la medicina, pero también de las demás profesiones de la salud, como enfermería, nutrición y dietética, fisioterapia, terapia ocupacional, fonoaudiología, odontología y farmacología.
Con las misiones médicas estadounidenses de Humpreys y Lapham, en 1948 y 1953 respectivamente, se produjo la incorporación del modelo del hospital universitario vertical (monooblock), propuesto por Abraham Flexner desde 1910, difundido en todo el mundo. En el Edificio Central, construido por la firma Cuéllar Serrano Gómez entre 1948 y 1952 se produjo la mayor expansión de la formación médica por medio de una reforma curricular, la organización por departamentos y el desarrollo de las especialidades médico-quirúrgicas.
En 1970 el hospital llegó a tener alrededor de 1.000 camas y se convirtió en referente nacional y latinoamericano. Aún en medio de la precariedad y la falta de recursos, esta relación entre universidad y hospital logró desarrollar innovaciones importantes como la famosa Bolsa de Borráez para el manejo de heridas abdominales abiertas y el programa Madre Canguro en el Instituto Materno Infantil.
Tanto en la crisis de 1975 como en la de 1999, la Universidad Nacional de Colombia propuso un proceso de nacionalización que permitiera la asignación de los recursos necesarios para su funcionamiento y dejar de depender de la caridad, a través de la Beneficencia de Cundinamarca, o de la venta de servicios a los aseguradores establecidos por la Ley 100 de 1993. Sin embargo, no hubo la voluntad política necesaria para garantizar estos recursos públicos, de manera que la Universidad no pudo asumir el hospital.
Gracias a la gestión de los trabajadores y las trabajadoras, en 2002 el Hospital y el Instituto Materno Infantil fueron declarados monumentos nacionales, por medio de la Ley 735. Gracias a ellos y ellas existen hoy los recursos para su recuperación ordenados por sentencias judiciales.
En este largo proceso de rescate del patrimonio, la Universidad Nacional de Colombia ha aportado en diferentes momentos su esfuerzo y decisión institucional. El compromiso de la actual rectoría es aportar el acumulado académico de la universidad de la nación en la puesta en marcha del ahora Hospital Universitario San Juan de Dios y Materno Infantil, como un hospital-red que educa, investiga, innova, desarrolla tecnologías, recupera y cuida el patrimonio, y asesora las políticas públicas relacionadas con sus funciones misionales.
*Rector, Universidad Nacional de Colombia.
