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El día y la noche


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Leopoldo Villar Borda
15 de septiembre de 2024 - 05:05 a. m.
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El contraste fue como entre el día y la noche. Entre el futuro y el pasado. Mientras Kamala Harris enviaba un mensaje de esperanza, Donald Trump solo destilaba pesimismo. Ni siquiera en los medios que fueron un soporte decisivo de sus aspiraciones la presentación de Trump mereció voces de aprobación mientras la de Kamala Harris fue elogiada por los principales medios de la prensa y representantes del mundo político de Estados Unidos. Casi nadie desconoció que la vicepresidenta fue la ganadora del debate presidencial del martes 10 de septiembre en Estados Unidos.

Las diferencias entre los dos candidatos fueron visibles desde el primer momento, cuando ambos hicieron su entrada al auditorio de Filadelfia donde se realizó el debate. Trump se situó frente a su atril sin mirar a la vicepresidenta. Ella avanzó hasta donde se encontraba su rival y alargó el brazo para saludarlo, lo cual obligó a Trump a estrecharle la mano. Casi tres horas después, cuando concluyó el debate, Trump abandonó su sitio y se dirigió a la salida, siempre absteniéndose de mirar a Harris a la cara.

Los gestos de los dos durante el debate también fueron muy expresivos. El ceño fruncido de Trump contrastó con la mirada risueña de Kamala, que nunca abandonó su actitud positiva. El contraste fue aún mayor respecto a los temas que se ventilaron, desde la economía y la inmigración hasta las guerras de Ucrania y Gaza. En todos los temas Harris habló con optimismo y mirando al futuro mientras Trump repetía frases gastadas y mentirosas que refrendaba con gestos de enojo.

El intercambio fue intenso y aunque no dejó una frase para la posteridad como ocurrió en varios de los anteriores debates presidenciales, el contraste de las dos imágenes tuvo que causar una impresión favorable a Harris entre los millones de votantes que hasta el día del evento todavía se manifestaban indecisos sobre la forma en que votarán.

Como ha ocurrido siempre, en los próximos días y semanas abundarán los análisis y las especulaciones sobre el impacto del debate entre los electores y seguramente las encuestas lo reflejarán. Hasta el 9 de septiembre estas mostraban diferencias de solo un punto en las intenciones de voto por cada uno de los candidatos. Se puede vaticinar casi con seguridad que Harris recibirá más votos que Trump, pero esto no le garantizará la presidencia. De acuerdo con el sistema electoral estadounidense, para llegar a la Casa Blanca no basta con obtener la mayoría en la votación popular. Es necesario ganar en estados clave como Pensilvania. Con menos votos, pero con el triunfo en esos estados se puede ganar la presidencia, como ocurrió en 2016 cuando Trump venció a Hillary Clinton a pesar de que ella lo aventajó en la votación popular.

Mediante este sistema los ciudadanos estadounidenses no votan por los candidatos presidenciales sino por unos compromisarios que constituyen el llamado colegio electoral, encargado de definir la contienda. Teóricamente, los compromisarios son libres de emitir su voto por cualquiera de los candidatos en el colegio electoral, pero generalmente lo hacen por el que apoyaron los ciudadanos.

Dos veces en los tiempos recientes el ganador en la votación popular perdió en el colegio electoral: Al Gore ante George W. Bush en 2000 y Hillary Clinton ante Trump en 2016. Estos resultados han llevado a muchos a proponer que se modifique el sistema electoral para que el presidente sea elegido por el voto popular, como ocurre en todas las democracias, pero para realizar el cambio se requiere una enmienda constitucional aprobada por cada uno de los 50 estados de la Unión Americana. Es un proceso que tardaría años en cumplirse en el caso de que sea puesto en marcha.

En poco menos de dos meses sabremos si, aun con las dificultades que presenta el sistema electoral, Kamala Harris logrará lo que hasta hace poco parecía una hazaña difícil de realizar, pero que después del debate parece estar a su alcance.

Leopoldo Villar Borda

Por Leopoldo Villar Borda

Periodista y corresponsal en Europa
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Pedro(18355)16 de septiembre de 2024 - 07:11 p. m.
Tan inmenso será el desconcierto en USA, que 80 millones de personas prefieren al iracundo, mentiroso, inmoral y feo Trump, a Kamala Harris, que es estupenda. Eso es lo que me pone a pensar...
Eduardo(7668)16 de septiembre de 2024 - 01:15 a. m.
Y pensar que Kamala se abstuvo de nombrar al gobernador Joshua Shapiro como su candidato a la vicepresidencia, lo cual le hubiera servido para ganar el voto electoral en Pensilvania. Primó el temor a desatar el antisemitismo tanto en Estados Unidos como en el Medio Oriente. Ni hablar de los herederos de López de Mesa y Laureano Gómez en Colombia (ja, ja).
Carlos(52562)15 de septiembre de 2024 - 06:20 p. m.
Muy bien. Adiós Zuleta que no escribía nada nuevo ni inteligente
William(16260)15 de septiembre de 2024 - 05:21 p. m.
Excelente análisis.
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