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El muro está en la nube

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Leopoldo Villar Borda
14 de febrero de 2022 - 05:30 a. m.
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El muro de Donald Trump es un chiste si se le compara con los obstáculos que la inteligencia artificial le está poniendo a la humanidad, contrariamente a lo que todos esperábamos, hasta para las actividades más corrientes.

Quien no tenga internet es como si no existiera. Quien no posea un celular está condenado a que le impidan hasta moverse. Un buen ejemplo es el viacrucis al que están sometidos los viajeros internacionales en estos tiempos de pandemia.

Para comenzar, nadie puede volar si no se ha sometido primero a la prueba del COVID-19, que no se le practicará si no la solicita en forma digital y no se le certificará sino por este medio. Pero no basta con tenerla registrada en un dispositivo móvil si no se posee la capacidad de transmitirla por la misma vía a la aerolínea. Aún más, la transmisión no es aceptable sino con el código QR (que Dios sabrá lo que significa). A lo cual se agrega el requisito de diligenciar (digitalmente, por supuesto) un interminable formulario con el respectivo agregado de documentos y fotografías que comprueben la identidad del interesado. Todo lo anterior está fuera del alcance de los ciudadanos de a pie que no dispongan del equipo y los conocimientos para ser aceptados como miembros de la sociedad superacelerada del siglo XXI.

Stephen Hawking advirtió que la inteligencia artificial será la mayor amenaza para los seres humanos en el presente siglo. Cuando lo dijo seguramente estaba pensando en el “Gran Hermano” de George Orwell, símbolo por excelencia del poder absoluto y abusivo que todo lo dirige, controla y vigila. Su inspiración nació de contemplar y aun de sufrir en carne propia los atropellos de dictadores como Franco, Hitler y Mussolini, pero resultó tan profética que puede aplicarse a los dominadores modernos y, entre ellos, al más formidable de todos, que es la inteligencia artificial.

Son tantas las formas en que esta se aplica a las más diversas actividades humanas sin que los afectados tengan la posibilidad de intervenir, que ha surgido la paradoja de que cada avance tecnológico significa un retroceso humano. Se puede comprar el tiquete del teatro por internet, pero no se puede ver el rostro ni oír la voz de una persona detrás de la ventanilla. Y todo ha empeorado con la pandemia, que ha sido aprovechada por gobiernos, grandes corporaciones y aun empresas medianas y pequeñas para suprimir empleos y reemplazar a las personas con las máquinas.

La revolución tecnológica abrió la puerta a un sistema que no solo mira y vigila a las personas como lo hace el personaje de la novela que Orwell bautizó con el simple número del año 1984, sino que también las escucha desde las pantallas de dispositivos y televisores, aun estando apagados. Se podría reeditar la novela cambiando el nombre de 1984 por el de 2022.

Se suponía que con tantos adelantos las cosas se conseguirían más pronta y fácilmente y así mejoraría la calidad de vida para las mayorías, pero no es así. Lo está impidiendo un muro invisible e intangible, porque es un muro digital. El muro está en la nube, ese espacio misterioso cuya naturaleza y localización desconocemos y en el que se acumulan todos “los datos” que miles de millones de consumidores entregan dócilmente todos los días a los nuevos amos del mundo cuando utilizan sus tentáculos cibernéticos.

Ya es tiempo de que se produzca una rebelión contra esos nuevos amos, aunque sea para que reconozcan un mínimo estipendio a los consumidores como compensación por el valioso servicio que les prestan cuando les rinden a sus pies el oro puro de la información.

Leopoldo Villar Borda

Por Leopoldo Villar Borda

Periodista y corresponsal en Europa
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Olga(88990)15 de febrero de 2022 - 04:28 a. m.
Parece que la cura a estos males la dio el mismo autor con eso que llamó "Rebelión en la granja". Podemos empezar en las urnas, para no repetir ciertas ex-MinTIC, tan cercanas a una Tapia (que no vive en las nubes)
PEDRO(90741)14 de febrero de 2022 - 10:13 p. m.
Cuenta regresiva: faltan 174 días para que termine este gobierno sin brújula. Colombia necesita unos dirigentes que la guíen por los caminos de progreso, igualdad, equidad y paz.
Alberto(3788)14 de febrero de 2022 - 09:38 p. m.
Muy interesante.
Atenas(06773)14 de febrero de 2022 - 06:16 p. m.
Válido, q’ a la manera de Ortega y Gasset, con su Rebelión de las masas, ahora haya otra rebelión de los apocados consumidores. Tan impensada tecnología, q’ de manera desmesurada agiliza y precipita las comunicaciones, cómo ha alejado al ser humano en sus interacciones personales. Hoy todo se resume en breves monosílabos y c/ vez no hacemos incapaces de mirarnos a los ojos. ¡Y qué tal la Alexa!
Ewar(6960)14 de febrero de 2022 - 03:37 p. m.
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