Unos mocasines de niño fabricados en una comunidad indígena canadiense fueron el símbolo de la más reciente peregrinación del papa Francisco, realizada para pedir perdón por uno de los mayores crímenes que pesan sobre la Iglesia católica desde hace casi dos siglos.
Los mocasines fueron entregados al papa a comienzos de este año por una delegación de indígenas canadienses que lo visitó en el Vaticano como un recordatorio de los niños de los pueblos originarios de ese país que fueron arrebatados de sus hogares y recluidos en internados católicos donde sufrieron maltratos y muchos murieron. El papa los llevó consigo en su viaje al...

Por Leopoldo Villar Borda
Periodista y corresponsal en Europa
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