Ante las voces que se han levantado contra la posibilidad de algunas alianzas con miras a las elecciones presidenciales del año entrante, vale la pena recordar la célebre frase que pronunció Darío Echandía tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, cuando los jefes liberales pretendían que para enfrentar el caos en que se hundía el país era necesario que el presidente Mariano Ospina Pérez entregara el poder. “¿El poder para qué?”, dijo el maestro, como se le llamó por su sabiduría y su extensa cultura. En cuatro palabras resumió su desdén por el mando y al mismo tiempo la utopía de un acuerdo en un país incendiado y sin garantías.
Por Leopoldo Villar Borda
Periodista y corresponsal en Europa