La atleta estadounidense Simone Biles, que sorprendió al mundo con su intempestivo retiro de las competencias de gimnasia en los Juegos Olímpicos de Tokio, ofreció con su gesto una lección muy valiosa de humildad y valentía que no solo puede servirles a los deportistas sino a todos los seres humanos. Una de las mayores muestras de estas virtudes, tan escasas hoy en día, es la de reconocer y aceptar las propias limitaciones. Simone no vaciló en hacerlo cuando sintió que su cuerpo no le respondía y que el esfuerzo extremo podía poner en peligro su salud mental.
La decisión de Biles, la gimnasta más exitosa de todos los tiempos, fue...

Por Leopoldo Villar Borda
Periodista y corresponsal en Europa
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