El triunfo de Gustavo Petro en 2022 no fue un accidente ni una casualidad. Fue la consecuencia de muchos años de frustraciones populares y el resultado de una campaña coherente, en la que el candidato de la izquierda recalcó en todos los tonos las diferencias de sus propuestas con las de los demás partidos y movimientos políticos.
La lógica indica que si la izquierda quiere obtener un nuevo triunfo en 2026 deberá reafirmar su carácter progresista y resaltar los éxitos de Petro. Hay que ser ciego para no reconocerlos: entre otros, la reforma pensional, la creación de la jurisdicción agraria, la matrícula gratuita en las...

Por Leopoldo Villar Borda
Periodista y corresponsal en Europa
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