Después de dos décadas turbulentas y más de una de aislamiento internacional, crisis económica y un conflicto político que no parece tener solución, la vida de Venezuela sigue dominada por la sombra de Hugo Chávez.
La decisión de Nicolás Maduro de cerrar definitivamente el paso a la candidata de la oposición con más posibilidades de derrotarlo y a la persona que ella escogió para sucederla demuestra que la revolución chavista no cederá al asedio de sus adversarios internos ni a las presiones ni a las sanciones internacionales.
El mundo y en especial el vecindario del que formamos parte tendrán que aprender a convivir con la...

Por Leopoldo Villar Borda
Periodista y corresponsal en Europa
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