Está muy mal que les permitan a las disidencias de Iván Mordisco utilizar el nombre de las FARC-EP en las actuales conversaciones de paz con el Gobierno. Eso es incorrecto e implica muchas consecuencias, salvo que en el caso que nos ocupa le antepongan la palabra “disidencias”. La primera consecuencia es que se produce en la opinión la falsa imagen de que nunca hubo acuerdo de paz o de que quienes lo firmaron volvieron a las andadas. Estamos asistiendo, pues, a un déjà vu pernicioso. Siendo frívolo, diría que es algo así como un Yo me llamo en el que Iván Mordisco participa como imitador de Manuel Marulanda, y, la verdad, le queda...
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