El 31 de agosto se intentó, a través de W Radio, sembrar dudas sobre la honorabilidad del ministro de Cultura, Juan David Correa. A dos periodistas les parecieron veraces unos datos maldicientes de una exfuncionaria cuyo desempeño no la hizo recomendable al nuevo ministro para confirmarla en el cargo: “Por bajo nivel de ejecución, maltrato a subalternos y poco apoyo de la comunidad fílmica”. Estamos hablando de la saliente directora de Cine, María Fernanda Céspedes.
Los argumentos de lo que intentó ser un escándalo —con pólvora mojada, sin duda— y no aguantó en la agenda de las fake news ni medio día pretendían que el ministro “se inhabilitara durante su mandato en todas las decisiones que tuvieran que ver con el cine”. Y todo, porque la esposa del ministro, Tatiana Andrade, aparece como coguionista en un proyecto liderado por Clare Weiskopf y Nicolás van Hemelryck. La modalidad en que participa este guion en la convocatoria del FDC es Escritura de guion y, si acaso llegara a ser adjudicado por un jurado nacional e internacional en octubre, tendría un estímulo de $20 millones. Cuantía exigua si se compara con las denuncias que hicieron la exfuncionaria y las periodistas, que pretendían acusar al ministro por querer echar un zarpazo de “$4.000 millones”, como si el área de cine manejara la Ruta del Sol II. El proyecto, además, se fallará en octubre y estaba inscrito desde abril, tres meses antes de que Juan David Correa fuera nombrado ministro. Según aclaró el ministro a W Radio, él informó en su hoja de vida oficial, en la casilla de conflictos de intereses, de la participación de su esposa en ese concurso, para que Presidencia y Proimágenes decidieran al respecto. Y enfatizó que si es de ley inhabilitarse para ese caso lo hará, o que si el guion participante debe ser retirado también ocurrirá. El ministro demostró no estar para ese manoseo de ligereza periodística manipulado por una exfuncionaria despechada. La tentativa fallida contra la reputación de la nueva cabeza de la cultura fue producto de las mañas fermentadas por la prolongada interinidad en ese Ministerio.
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RTVC. Gran escándalo han armado los medios privados de TV por el uso que el presidente ha hecho de los canales RCN y Caracol para transmitir un discurso sobre un tema que está en el corazón del debate: la repartición de tierras en zonas de conflicto. Pero también les molesta que por RTVC, la televisión del Estado, haya noticias sobre su gobierno y hasta que el presidente divulgue sus discursos en ese medio. Van a ponerle al presidente Gustavo Petro una orden de alejamiento de cualquier cámara que haya por ahí. Que se encierre, mejor dicho.
Menos mal en RTVC también se acabó la acefalía que la afectó durante un año. Muy a medias, pues quien ha puesto eso a servir ha sido Hollman Morris, a nivel de subgerencia, ya que esta es la hora en que no se sabe cuál es el pensado de la gerente titular. Pero, bueno, a Morris con la mitad le basta. Le ha dado estatus a RTVC Noticias haciendo remotos, televisión viva y abarcando horarios de Señal Colombia a ver si lo contagia de contemporaneidad, con debates sensibles y punzantes, y sin afectar los horarios de ficciones y documentales. RTVC Noticias se ha recuperado del largo bostezo en que lo sumergió el gobierno anterior, más la ñapa de modorra a la que lo sometió el Gobierno actual.
Nota del editor: Esta columna fue modificada de una versión inicial en la que se había cambiado una cifra que el autor había enviado de manera correcta.