La poderosa Laura

Salió del equipo presidencial la doctora Laura Sarabia, quien fue jefa de Gabinete del presidente Petro. Contaban los propios ministros a la prensa que Laura, como una recreacionista geriátrica, convertía en un juego de adivinanzas los nombres de quienes saldrían o serían confirmados en el gabinete: “Usted, tranquilo”, le decía a quien, según ella, iba a permanecer en el cargo, para después darse cuenta este, por el radio de su carro, cuando ya iba para la casa sin incertidumbres, de que había sido removido del mismo. Les pasó a las ministras Carolina Corcho y Cecilia López y a otros más, que ahora deben agregar el prefijo “ex” a sus rangos de comienzos de gobierno. Hasta a los jefes de partidos les gustó ese juego y decían: “Fulanito fue citado a Presidencia”, lo que uno desde la intemperie interpretaba como que fulanito iba a una entrevista con el presidente, dándose cuenta luego de que la cita había sido con la doctora Laura, para conversar de cosas que nada que ver. También se decía que la joven de 29 años era el poder detrás del trono y hasta apareció en Forbes (edición Colombia) como una de las mujeres más poderosas del país. Pues ella se convenció de ese rol y en una entrevista sugirió que no descartaba la eventualidad de aspirar a la Presidencia de la República. Por si acaso le sonaba la flauta algún día, en el ínterin posaba con ropa de marca en fotos palaciegas que la mostraban teniendo por fondo las lámparas, los ventanales interiores y los corredores neoclásicos de la Casa de Nariño. Dañina esa visita a la Zarzuela con espléndidos salones y ujieres barrocos. Para variar y sin haber participado en el sarao del reyno español, una aliada veterana de la izquierda exquisita llamó “sirvienta” a doña Marelbys Meza. Demasiada realeza. Si no fuera porque al presidente no le gustan los textos marxistas, supongo que por mamertos y bolcheviques, le recomendaría El 18 de brumario. Aprendería mucho de esas lecturas, a su juicio “reliquias” literarias, cuando ese libro parece encargado a Marx para referirse a las afugias actuales de su gobierno.

Es posible que la doctora Laura, por su destreza en formatos online, se haya desempeñado con rigor en sus tareas en Presidencia, pero resultó estar sobrevalorada, al menos para el cargo que desempeñaba, cuando demostró ignorar que para el caso de un hurto doméstico de dinero, bastante cuantioso, que ella atribuyó a la niñera de su hijo no se podían movilizar las fuerzas de seguridad del Estado sin prever que estas procederían con toda su parafernalia: polígrafo, requisas públicas a la familia de la presunta ladrona y hasta chuzadas al teléfono de esta por “posibles vínculos con el Clan del Golfo”. Bueno, es que Laura es hija de un militar y de una funcionaria del Mindefensa, y obtuvo su grado en la Universidad Militar Nueva Granada. Le faltó una maestría en la Sergio Arboleda para quedar completa. Todo esto fue una colombianada muy pintoresca si no fuera porque hizo peligrar la vida de la cuidadora Marelbys Meza. El presidente se equivoca al decir que esa substracción doméstica amerita tratarse como un asunto de seguridad nacional. Si el robo hubiera sido a él, sí, pero es que él vive en Palacio, o aunque lo hubieran cartereado en la séptima.

Ojalá sea cierto que Jorge Rojas será el nuevo jefe de Gabinete, para restablecerle al estilo de Palacio su carácter republicano.