No creo haber sido víctima económica de la Inteligencia Artificial (IA), pero solo porque hasta el momento no he hecho ningún desembolso. Esta semana, por ejemplo, estuve a punto de comprar un medicamento y hasta di mis datos personales a una mujer a la que le oprimí el link de Instagram y luego me llamó para comprobar mi interés en el producto. Y cerré negocio, pactando el día y la hora precisa en que me lo traerían a la casa. Me incumplieron, y la mujer reapareció cinco días después por teléfono, cuando yo había tenido tiempo de afinar mis sospechas. Me rehusé, pues, a comprar el producto, y le informé los motivos a quien me...
Conoce más
