Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

El cambio del cambio

Lorenzo Madrigal

17 de febrero de 2025 - 12:05 a. m.

Sirvió para una conveniente muestra de inexperiencia. Lo que siguió fue una purga de gobierno: renuncias en Cultura, Ambiente, Defensa, Trabajo, el Dapre, últimamente en Planeación. Jorge, el confidente, quien, al parecer, había organizado todo, resolvió irse (algún regaño de última hora, de esos intolerables para un hombre de cara aún juvenil, cuello grueso y calva reluciente). “Jorge –imagino que le susurraba durante la sesión del enojoso consejo– dispóngame a fulano, lo voy a acabar, y me prepara a los otros, a todos, así se comanda”.

PUBLICIDAD

Uno por uno fueron pasando los pobres ministros, con expresión de examen final, el de Hacienda no dijo ni mú, y el castigador presidente tampoco se allanó a sacrificarlo, tan recién posesionado y ya entrado en pormenores. Me pareció que MinGuerra, que es como debería llamarse, el adusto doctor Iván Velásquez no se dejó regañar y fue respondón al presidente. Hoy está en el asfalto. Algo dijo el incorruptible exministro como que el gobierno central no ha llevado a cabo lo prometido a la región, que finalmente la ha tomado para sí el insurgente, mientras el orador cordobés, tentado por el micrófono, se pasea en temas que no vienen a cuento.

Foto: Lorenzo Madrigal

Capítulo aparte mereció el joven ministro Daniel Rojas, con fama de rebelde y mal hablado, muy apto para ser regañado por el profesor Petro, de repente transformado en un maestro común y corriente. Pero este chico por qué no vino, se pregunta el profesor: “Porque tenía otra cosa, profe”, lo que enfurece al de la férula.

Laura como que intervino, la verdad yo ya me dormía. Supe que tuvo un rifirrafe con el director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar. Laura, ya canciller, ¡cielos!, envuelta en una seriedad que le luce, parece emular con otro que es también rechazado por sus colegas: su anterior jefe, Benedetti.

Ellos dos, Laura y Benedetti, piezas únicas en este mostrador de funcionarios fallidos, han sido tan claramente rechazados que llevaron al llanto a la ministra Muhamad y no se diga a la ira de la vicepresidenta, la helicoportada doña Francia. Esta habló bien, su voz fue clara y rotunda y pareció encabezar esa contraparte que se formó en Casa de Nariño y que es inevitable cuando hay vicepresidente de por medio.

Read more!

Pegados del canal público permanecimos muchos. Yo me quedé cuando el show ya no invadía los canales privados y era aún más desfachatado; creo que fue en este canal oficial, que no público, cuando irrumpió con la garganta encendida el director de planeación, de quien se dice que es francés de doña Francia Márquez y, según rumores, uno de los líderes de la rebelión anti-petrista: “llego tarde porque –también– estaba en otra cosa”. El ministro Cristo, ensimismado en profunda gripa que se le notaba a leguas, parecía escribir algo muy largo que sería –y fue– su renuncia. Qué delicioso espectáculo.

Conoce más
Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.