Si los países socialistas se cayeran, éste de nosotros, ya configurado como tal, habría tocado el piso en medio de una gran derrota política. Abra usted, lector amigo, los periódicos o, si no los tiene, abra la puerta de su casa y, con sólo pisar la acera o el camino vecinal, se encontrará con alguien que opine en contra de lo que viene sucediendo, agravado en los últimos días.
No se espere de este colaborador periodístico el argumento preciso, la frase inapelable de un Felipe Robledo, la claridad de mi referente, María Isabel Rueda, o la de tantos otros. Unos, por amigos, que finalmente me han convencido con su destreza para decir...
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