El gasto del Estado y la corrupción: billones y billones

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Luis Carlos Reyes
30 de agosto de 2018 - 05:00 a. m.
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Los colombianos tenemos claro que muchos de quienes administran el dinero de la nación nos están robando. Pero si desconocemos cuáles son los recursos y los gastos del Estado, nos vamos a enfocar en las cosas equivocadas, mientras que los corruptos hacen fiestas gracias a nuestra ignorancia.

La dificultad consiste en que, cuando nos hablan de billones o decenas de miles de millones, nos da prácticamente lo mismo: es como cuando uno ve un documental sobre la historia del universo, y le hablan primero del Big Bang y luego de los dinosaurios. Parece que fueran cosas más o menos igual de distantes, si bien el primero está cientos de veces más alejado en el tiempo que los segundos.

Así que, para contrarrestar el problema análogo que tenemos con las cifras que maneja el Estado, imaginémonos que la suma de todos los ingresos producidos en el país (los salarios de los trabajadores, los arriendos cobrados por propietarios de inmuebles por sus propiedades y las ganancias obtenidas por el capital invertido por los empresarios) fuera exactamente de un millón de pesos anuales.

En realidad, esta suma se aproxima a unos 913 billones de pesos al año (lo que se conoce como el PIB). Pero ya que —seamos sinceros— los billones no nos dicen nada, examinemos más bien en qué se irían los ingresos del país si equivalieran a $1.000.000. Todos los datos que siguen están basados en cifras de 2017.

Los distintos tributos nacionales, municipales y departamentales vendrían siendo $213.000. De ellos, $75.000 corresponderían al IVA y a otros impuestos por el consumo de bienes y servicios (como los que se pagan en los restaurantes, por las importaciones, el combustible, los vehículos, el alcohol y los cigarrillos). $63.000 serían lo que pagan las empresas en impuesto de renta e ICA. Por concepto de seguridad social se tributarían $35.000: de ellos $14.000 serían para el sistema pensional, $10.000 para el sistema de salud, $7.000 irían a las cajas de compensación familiar y $3.000 al SENA y el ICBF.

El impuesto de renta a las personas naturales —el cual pagan las personas de ingresos relativamente altos— correspondería a $13.000. Por el 4 por 1.000 le entrarían al Gobierno unos $8.000, y los restantes $19.000 provendrían de otros impuestos. Además, el Gobierno recibiría unos $30.000 por rentas mineras y ganancias de las empresas del Estado, lo que llevaría sus ingresos a unos $243.000.

¿Cuáles son los principales gastos del Estado? El mayor es el pago anual de la deuda, que se llevaría $56.000. Esa es tan solo la cuota anual; la deuda acumulada por la tarjeta de crédito nacional equivaldría a unos $560.000, la cual durante 2017 habría aumentado en $13.000.

Las pensiones que maneja el Estado implicarían desembolsos de $41.000. En educación se irían $37.000, en defensa $32.000, y $25.000 en salud, y a la inclusión social y bienestar familiar se destinarían $12.000.

Pongamos esto en el contexto de la consulta anticorrupción que el domingo casi sobrepasa el umbral: la Contraloría estima que el Estado pierde, por las tajadas que le sacan los corruptos, un monto que equivaldría a unos $55.000. Lo que se habría ahorrado reduciéndoles los salarios a los congresistas equivalía a $60, y el costo de realizar la consulta anticorrupción equivale a $400.

¿Cuáles deberían ser nuestras metas de gasto como nación? La respuesta a esa pregunta tiene que obtenerse a partir de un consenso democrático. Pero digamos que casi todos querríamos, si se pudiera, llevar el cubrimiento y la calidad educativa a niveles comparables a los de la OCDE. Para lograrlo en primaria, el costo adicional sería de $26.000; para bachillerato, de $40.000; y para la educación universitaria, de $23.000. Aunque serían gastos grandes, los recursos existen, y recuperar lo que se pierde por la corrupción sería un excelente comienzo.

Pero antes de concluir prematuramente que llegar a consensos como este sería fácil, cierro con el costo del programa educativo más controversial de los últimos años: el gasto anual destinado a Ser Pilo Paga equivaldría apenas a unos $700. Si le dedicamos tanta tinta a asuntos relativamente menores como este, mientras que ignoramos los fundamentales, aún queda mucho camino por recorrer.

* Ph.D., profesor del Departamento de Economía, Universidad Javeriana.

Twitter: @luiscrh

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