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Más petróleo, más corrupción

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Luis Carlos Reyes
04 de febrero de 2016 - 02:00 a. m.
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Las regalías del petróleo en Colombia no contribuyen de manera detectable a la mejoría de la salud, la educación o la calidad del agua, fines a los cuales supuestamente están destinadas.

Lo que sí aumenta a la par de las regalías que recibe un municipio son las investigaciones y acciones disciplinarias llevadas a cabo por la procuraduría por corrupción de alcaldes y funcionarios públicos.

Contrasta con esto el uso dado a los impuestos prediales. Un aumento en la recaudación de impuestos prediales causa avances en la educación, la salud y la calidad del agua por lo menos diez veces mayores que los causados por un aumento comparable en los ingresos petroleros. Las diferencias no pueden explicarse por los tipos de gastos a los cuales están destinados los recursos, ya que persisten aun cuando se compara la efectividad de la misma clase de gastos.

Así lo demuestra un riguroso y excelente estudio proveniente de la London School of Economics, el cual hace parte de la disertación doctoral del colombiano Luis Roberto Martínez.

Hallazgos de este tipo son un llamado a cambiar nuestro discurso sobre la corrupción. Ante ésta, la reacción más común es no hacer nada, encogerse de hombros y decir que pues claro, que lo que pasa es que en Colombia todo se lo roban, y que eso ya lo sabíamos y que por eso apenas me salga la visa a Nueva Zelanda yo me voy de aquí.

Por el contrario, la evidencia indica que no todo se lo roban, que hay fondos más fáciles de robar que otros, y que hay ingresos del estado que sí se emplean como es debido. La diferencia tiene que ver, sugiere Martínez, con el control ciudadano que se ejerce sobre la recaudación tributaria. Cuando suben los impuestos prediales, la gente está pendiente de si se usan adecuadamente, y de no ser así lo nota y no se queda callada ante las sospechas de abuso de poder. En cambio, como los ingresos de las regalías no salen directamente del bolsillo de la ciudadanía, desaparecen.

Es curioso que sean así las cosas, sobre todo cuando el uso de las regalías está sumamente regulado mientras que los ingresos municipales por impuestos prediales son de libre manejo. La vigilancia por parte de la ciudadanía tiene un impacto positivo y tangible sobre el desarrollo del país.

Una manera de lograr que exijamos más de nuestros políticos podría ser, según esto, otorgar regalías a los municipios siempre y cuando estos tuvieran que entregar una contrapartida obtenida por recaudación directa. Así, al vigilar el uso de sus impuestos, automáticamente la ciudadanía estaría vigilando también el uso de los ingresos provenientes de recursos naturales y logrando que se usaran de manera eficaz.

Con seguridad hay otras estrategias para promover el que la gente se involucre en el cuidado de lo público. Encontrarlas e implementarlas debe ser la meta de quienes queremos un estado que funcione para todos y que funcione bien.

Luis Carlos Reyes, Ph.D., Profesor Asistente, Departamento de Economía, Universidad Javeriana
 

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