Publicidad

El metro avanza (El presidente sigue en campaña)

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Luis Carvajal Basto
15 de septiembre de 2025 - 05:00 a. m.
"El avance del metro ya llega a un 62 %; el primer tren llegó la semana pasada y todo indica que –a pesar del presidente- tendremos metro operando en marzo de 2028" - Luis Carvajal
"El avance del metro ya llega a un 62 %; el primer tren llegó la semana pasada y todo indica que –a pesar del presidente- tendremos metro operando en marzo de 2028" - Luis Carvajal
Foto: Cortesía Empresa Metro
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Obras son amores y no buenas razones. Para quienes hemos vivido en Bogotá es una inmensa alegría observar la llegada de los primeros vagones del metro. No podemos dejar de recordar la anarquía y la desesperanza que alguna vez la ciudad afrontó en la época de las guerras del centavo en buena hora superadas gracias a Transmilenio. Ahora que el metro es por poco una realidad es inevitable recordar que su más influyente oponente fue el actual presidente quien, a falta de realizaciones en su gobierno, sigue proponiendo batallas contra mutantes molinos de viento.

La animadversión de Petro con el metro elevado puede provenir de su época de candidato a alcalde. Entonces prometió que construiría un metro subterráneo, pero al finalizar su periodo el tiempo no le alcanzó siquiera para elaborar unos estudios definitivos ni para licitar su construcción. Algo parecido ha ocurrido con el proyecto de tren transoceánico que propuso como candidato a la presidencia y que, en su imaginación y la de sus electores, conectaría a Barranquilla con Buenaventura y del que, finalizando gobierno, tampoco tenemos noticias, ni estudios ni ha sido licitado. En el mundo real, bien diferente al mapa mental de nuestro presidente, la construcción de vías se encuentra estancada y la “media Colombia”, como conocemos a los llanos orientales, incomunicada ante la desidia gubernamental, mientras el presidente -como ha reconocido- se encuentra en campaña.

Mientras la ciudad se mueve, el presidente divaga. Sigue atrapado entre discursos y narrativas que cambia a pedido de su incauta audiencia. Su radicalización actual toma, cada vez, más distancia de los hechos reales, como le ocurre a con su evaluación de la salud pública. Mientras tanto, el avance del metro ya llega a un 62 %; el primer tren llegó la semana pasada y todo indica que –a pesar del presidente- tendremos metro operando en marzo de 2028. Se trata de una obra que beneficiará a millones de ciudadanos; reducirá millones de horas de sus tiempos de viaje mejorando su calidad de vida; ahorrará millones de galones de combustible y disminuirá la contaminación en serio.

Luego de décadas de promesas incumplidas, el metro de Bogotá se va convirtiendo en símbolo de constancia, planificación y administración. Mas sumas, restas, solución de diferencias y gestión de recursos y menos narrativas. La gestión pública, la actividad de los gobiernos, no se reduce a contar historias. La “lentitud” en el desplazamiento de los vagones desde la costa -30 kilómetros por hora- es una prueba de tenacidad que contrasta con las velocidades astronómicas a las que se pueden contar cuentos. No se trata solamente de concreto y acero: es también la derrota de la manipulación, los sofismas y la retórica vacía.

@herejesyluis

Conoce más

 

Lucila Castro de Sanchez(60806)15 de septiembre de 2025 - 08:29 p. m.
Si METRO llama a los wagones,claro que avanza,por carretera.Simôn el bobito...
Mario OROZCO G.(16018)15 de septiembre de 2025 - 06:20 p. m.
Ecelente columna.
Gilberto Cardozo Barreto(24374)15 de septiembre de 2025 - 04:20 p. m.
"Una cosa piensa el burro..." En: https://juvenalariosto.wordpress.com
maría(52338)15 de septiembre de 2025 - 03:37 p. m.
para contar cuentos, esta columna.
Olegario (51538)15 de septiembre de 2025 - 03:09 p. m.
Los ñeros petristas (disculpas por el pleonasmo) andan ardidos porque, a pesar de que Peñalosa es un gomelito insufrible, les da lecciones a los zurdos de cómo gerenciar, de cómo se estructura y se saca avante un proyecto. El ladrón juzga según su condición, por eso los petristas ya se imaginan el metro de Bogotá como un inmenso albañal, muy a su medida y acomodo.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.