Las discusiones entre los senadores Bolívar y Barreras, petrismo y neopetrismo, hacen parte del curso natural y las pugnas inherentes a la actividad política. No ocurre lo mismo con las posturas, digamos oficiales, del nuevo gobierno sobre aspectos sensibles que requieren una mínima coherencia. A la incertidumbre mundial debemos añadir la que se ha generado por el cambio de gobierno, el advertido “efecto Petro”. No ayuda a superarla la multiplicidad de voces que, a nombre del gobierno entrante, anuncian, como ruedas sueltas, reformas de todo tipo, políticas encontradas y nuevos impuestos. Con urgencia necesitan un vocero.
El...
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