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La flexibilidad del poder constituyente

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Luis Carvajal Basto
10 de junio de 2024 - 05:00 a. m.
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Convertido en doctrina por el presidente -panacea que resolverá todos los problemas de los colombianos-, el concepto de “poder constituyente” parece tener una secreta versión que solamente él conoce. Ello hace posible que mientras el ministro del Interior proponga un acuerdo nacional el jueves por la mañana, el presidente, basado en su acepción del “poder constituyente”, abra la puerta a su reelección llamando a la polarización, por la tarde, al preguntarle a la incipiente oposición si se encuentran asustados por su reelección y, de nuevo, por el “poder constituyente”.

El concepto se utiliza para demostrar una supuesta superioridad teórica y descrestar incautos; para intimidar a sus oponentes y a quienes no piensan como él; para tender una cortina de humo sobre los graves problemas que afronta su gobierno o, sencillamente, es la verdadera carta de navegación del gobierno. También funciona como comodín respondiendo a todas las anteriores. Es flexible.

El “poder constituyente” fue invocado desde la revolución francesa. El pueblo se constituyó para erradicar el absolutismo e instaurar la democracia, el régimen político que desde entonces iluminó a las sociedades, hasta entonces gobernadas por el absolutismo. Después lo fue en la revolución rusa, solo que allí se convirtió en la “dictadura del proletariado”. El régimen bolchevique fue claramente antidemocrático. Lo que algunos han llamado “democracia socialista” fue, en realidad, la dictadura del partido comunista sobre el resto de la sociedad durante más de siete décadas.

Teniendo diferentes acepciones -Sieyès, Schmitt, Hannah Arendt- desde la teoría, todas coinciden en que el poder constituyente se refiere a la capacidad del pueblo para instaurar un nuevo orden político y jurídico, siempre basado en la ley de mayorías en que radica la soberanía popular. Capítulo aparte merece la versión radical de Tony Negri, quien propone crear un poder que no permita su asimilación institucional – no se trata de crear nuevas reglas o instituciones- y permanezca en estado de ebullición e insurrección. Mientras en la versión democrática la soberanía sigue radicando en el pueblo mediante la ley de mayorías, para los seguidores de Negri se trata de generar un proceso constituyente permanente. El imperio de la anarquía y el caos, como el que ya vivimos

Convocar cualquier forma de “poder constituyente” evidentemente confronta al régimen político y las instituciones en la nuestra o en cualquier sociedad. Los presidentes, quienes deben sus cargos a esas reglas, tienen con ellas un compromiso ético, moral y legal, de lealtad y responsabilidad, lo que no significa que constituciones e instituciones no puedan reformarse.

¿Fueron las marchas del 2021 un ejercicio del poder constituyente? ¿Se trata de convertir el lamentable episodio que Colombia padeció en la dinámica permanente de la actividad política al mejor estilo de Negri? ¿De fortalecer cualquier grupo o movimiento, partes de la multitud, según Negri, que desafíe a las instituciones destruyéndolas? ¿Se trata, siguiendo el principio leninista de la dualidad de poder, de la construcción de un poder alterno a las instituciones y constitución vigentes?

Siendo el poder la capacidad de un partido, persona o grupo, para imponer su visión sobre el resto -es decir para “poder”-, en democracia se encuentra limitado por los demás poderes. Su ejercicio supone el cumplimiento de la Constitución y las leyes, así como el respeto por los contrapesos, los que no pueden ser arrollados ni cooptados. Mucho menos convertir el quehacer del Estado y las políticas públicas en un instrumento para mantener la sociedad en un eterno proceso constituyente. De ser así el poder se utilizaría para dilapidarlo y no para mejorar las condiciones de vida y resolver los problemas de la gente, a lo que se comprometió el hoy presidente con sus, entonces, millones de electores. A menos que sus aspiraciones se refieran a una Colombia en permanente caos en lugar de ejercer el mandato recibido.

@herejesyluis

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Jairo(24834)10 de junio de 2024 - 10:03 p. m.
El respeto a las INSTITUCIONES es innegable. La Democracia es un cascarón sin ideología por príncipio....es el respeto en la aplicación de un conjunto de reglas procesales. Las otras alternativas nos dejan a merced del "Iluminado de turno" ; ayer Uribe, en el Vecindario Chávez.... Y aquí hoy,...... No debemos caer en esa trampa.
Fernando(70558)10 de junio de 2024 - 05:15 p. m.
Qué descubrimiento!! Apenas se dio cuenta que la dictadura del proletariado la propuso Marx como alternaria a la dictadura Burguesa y q así lo han proclamado todos los partidos comunistas, sin ocultárselo a nadie, sin temor al cambio de semántica que le ha dado la burguesía y q Ud recoge sin ningún resquicio. El poder constituyente es permanente, no a raticos, y puede nacer en 1 sector social que por derecho puede convocar al resto de la sociedad. "Una chispa puede encender la pradera" no lo
  • Jairo(24834)10 de junio de 2024 - 10:04 p. m.
    Basta de incendiar praderas... Construyamos país
Fernando(70558)10 de junio de 2024 - 05:15 p. m.
sabía? El Poder Constituyente es permanente, dinámico, ES EL QUE HA HECHO LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD, se puede equivocar, pero igual puede corregir cuantas veces quiera, por ejemplo cuando elige congresistas q resultan bandidos. Estamos en la tarea de explicarle a la gente esto que siempre le han ocultado o se lo han quitado con dádivas y mentiras.
nnnnnigvnlihvcsz(98086)10 de junio de 2024 - 05:03 p. m.
El poder constituyente petrista está en que toda la culpa es del matarife, ultraderecha, y del subpresidente. Un ignorante descrestado es lo más peligroso que hay en este país hoy en día.
Atenas(06773)10 de junio de 2024 - 01:51 p. m.
Luis, todas estas atinadas consideraciones caen en el vacío dado el macabro interés q’ tiene el psicópata Petro de perpetuarse en el poder, y q’ en tal procura será capaz de cometer cualquier locura con tal de cumplirle a su malignidad. Mas allá de llamar como sea el artero mecanismo a él sólo le importa darle bombo a su egolatría. Y en tan horripilante escenario, de este lado, hay q’ hacer lo necesario a objeto de q’ ese criminal sujeto no dé lo suyo por sentado y q’ cara le plantaremos.Atenas.
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