El crecimiento de la economía –3,6 % en el tercer trimestre– no deja de ser una buena noticia que, sin embargo, no es “real”. No es una expresión de mejoras en competitividad, innovación o productividad. Se encuentra sustentado en un gasto público desbordado y en aumento de la deuda externa que los colombianos en los próximos gobiernos tendremos que pagar. Otros ingresos, como los generados por el incremento en los cultivos ilícitos, no son sostenibles y una nueva alza en el salario mínimo duplicando la inflación, como han solicitado los sindicatos y ofrecido sectores del gobierno, agravaría el déficit fiscal; afectaría...
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