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¿Nuevo partido?

Luis Carvajal Basto
27 de febrero de 2023 - 02:02 a. m.
"¿Nuevo partido? Sin que “nuevo” sea, necesariamente, sinónimo de mejor, se trata de la misma muñeca vieja con vestidos nuevos".
"¿Nuevo partido? Sin que “nuevo” sea, necesariamente, sinónimo de mejor, se trata de la misma muñeca vieja con vestidos nuevos".
Foto: TODOS LOS DERECHOS... - @Mianbausa

La formalización de un “nuevo” partido político, La Fuerza de la Paz, liderado en la superficie por el senador Barreras, un ecléctico y camaleónico líder que se ha paseado, sin despeinarse, por todo el espectro político, tiene varios significados: 1) la confirmación de que nuestra política no ha cambiado tanto y quienes la practican tampoco, 2) es un mensaje para el mismo Petro y el petrismo, sobre que ni llegó ni gobierna en solitario. “Juntos, pero no revueltos”. Se trata de un seguro que adquiere un sector de la clase política ante el desgaste de su gobierno, y del cual, en algún momento, a conveniencia, se puede apartar, y 3) la paz, invocada ahora desde el centro, sigue vigente como recurso de nuestros políticos para llegar y mantenerse en el poder.

Como anticipamos desde esta columna, ante la crisis de liderazgo protocolizada en las presidenciales, debían aparecer y están apareciendo nuevos partidos. En las presidenciales quedó la impresión de que ante la pérdida de prestigio y funcionalidad de los partidos solamente Petro, con una coalición, se animó a ganar la rifa del tigre, al punto que su competidor, en la práctica, claudicó en su aspiración estando a punto de conseguirla. La coalición petrista se quedó sin oposición desde antes de la elección. ¿Se transformó la política? Petro, profeta del cambio, debió gobernar con los mismos que ahora se llaman distinto, liderados por el senador Barreras, pero no solo para tener mayorías en el Congreso: sin esos respaldos jamás habría alcanzado la presidencia. El aporte del liberalismo, oficial, no oficial y de otros sectores fue definitivo. Finalmente logró los apoyos de sus principales vertientes lideradas por los expresidentes Santos, Samper y Gaviria, en ese orden. Nada nuevo bajo el sol.

¿Por qué ha escogido el senador este momento para lanzar su nuevo partido? La razón es, más bien, pragmática: ante la inminencia de las elecciones regionales, cuota inicial de las presidenciales de 2026, el santismo reclama su derecho de piso. Gran protagonista en la elección de Petro deja una puerta abierta ante el inminente desgaste de su gobierno. Pero no significa que no lo siga acompañando en el trámite de las reformas. Todo dependerá, una constante en la historia del senador Barreras, de cómo le acabe de ir y se le mantengan sus puestos en el gabinete. Seguirá acomodándose. Al reclamar ahora el “centro”, la fuerza mayoritaria entre los colombianos con un 44,3 % del espectro político de acuerdo con el último informe de cultura política del DANE, el santismo marca distancia con una izquierda que, por sí misma, aun logrando una coalición para llegar a la presidencia, solo tiene el 14 %; el electorado fiel del presidente.

Las fricciones al interior del Pacto no se han demorado mucho. Al exsenador Bolívar, quien si se lanza a la alcaldía sin el apoyo del centro perdería aunque en Bogotá predomine el voto de opinión, le gustó el apoyo de los Roy Barreras para ganar la elección. Para cogobernar y aprobar las reformas, pero no para las elecciones regionales. El Pacto, histórico en principio, tiene fecha de caducidad por establecer.

¿Seguirá el objetivo de la paz señalando la ruta política de los colombianos, como se infiere del nombre del nuevo partido? Lamentablemente dependerá de la evolución de factores como la capacidad de desestabilización de los violentos o lo que es casi lo mismo, la incapacidad del Estado para contrarrestarlos. Después de tanto tenemos claro que, sin cambios mundiales en la política antidrogas, una decisión que excede a este o a cualquier gobierno, seguiremos padeciendo la peor parte de un negocio al que su carácter ilegal hace exorbitantemente lucrativo y con un enorme poder desestabilizador.

¿Nuevo partido? Sin que “nuevo” sea, necesariamente, sinónimo de mejor, se trata de la misma muñeca vieja con vestidos nuevos. En el país de las paradojas siempre tenemos lugar para alguna novedad: uno de los mayores responsables de la política colombiana en los últimos 25 años, el senador Barreras, acompañado del presidente Santos, dos veces presidente y artífice de la elección de Petro, coprotagonistas en el languidecimiento de los partidos históricos y la misma política, ahora crean una fuerza que pretenden “nueva”. ¿Qué tal?

@herejesyluis

 

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