Para un gobierno terminando su desastroso periodo es mejor que el país ponga sus ojos en la discusión de cualquier consulta que en los problemas de corrupción del círculo más cercano al presidente; la eventual y nunca juzgada violación de topes en su elección; la destrucción del sistema de salud o el aumento exponencial de la criminalidad y el narcotráfico. Es más rentable esgrimir la bandera de las consultas que responder ante los tribunales y la sociedad colombiana.
Desde ese punto de vista la estrategia petrista tuvo un revés, pero sigue corriendo la cerca de la institucionalidad amenazando o promoviendo la insurrección general...
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