EL PULSO ESTÁ ECHADO. Las Farc liberan unilateralmente a seis, persisten en el canje para los demás secuestrados y promueven una Constituyente y un gobierno de transición. Por el otro lado, el Gobierno se mantiene, al mejor estilo israelí, en su plomo sólido de tierra arrasada, y con su lenguaje culebrero intenta convencer al Secretariado de que es mejor cambiar el Caguán por una cabina de Air France.
Por eso hoy es más fácil que Hamas gobierne Israel a que exista un mínimo resquicio de acercamiento entre la llamada seguridad democrática y el llamado plan insurreccional de las Farc. La campaña de 2010 va a tener ese decorado. Y ojalá no termine teñido con el rojo de la sangre del atentado, del secuestro, de las acciones terroristas y de los llamados falsos positivos. Hasta ahora es puro lenguaje pendenciero y verdulero. Y quienes han llevado del bulto son Piedad Córdoba y los secuestrados.
La senadora, caracterizada por su verticalidad para defender sus convicciones —ni yo me he salvado de sus ácidas críticas—, ha hecho caso omiso a la arremetida de la Casa de Nariño y continúa en su firme decisión de lograr que más colombianos regresen a casa. Y es que, gústenos o no, a ella se le debe lo poco o mucho logrado en las liberaciones. Hace un año no sabíamos qué hacía el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, hasta que apareció Emmanuel. Muchas casas editoriales no se imaginaban que se lucrarían con las historias tan desgarradoras de quienes habían sido liberados gracias a la gestión de Piedad. La Operación Jaque pudo realizarse porque para su planeación contó con un escenario favorable de entregas unilaterales de secuestrados. Salvo los casos Araújo, Lizcano y Pinchao, todos los demás tuvieron directa o indirectamente el sello de la congresista.
Eso no quiere decir que el Gobierno tenga que claudicar. Con esta liberación no se cede territorio pues no hay despeje. Que un gobierno como el del presidente Lula juegue de garante, no se debe descartar. Que Piedad acompañe a la Cruz Roja con el peto que simboliza la neutralidad de ese organismo, no es nuevo, pues ya eso se hizo en julio.
Entre más retenes le ponga el Gobierno a estas liberaciones, más presiones en contra va a conseguir. Allá él. Por ahora, quienes estamos con la reconciliación, con el acuerdo humanitario y con una agenda de cambios profundos en la política y la economía colombianas no podemos dejarnos arrinconar por quienes creen que hablar de estos temas es contemporanizar con la subversión. Y no por neutralizar a quienes ven enemigos por todos lados debemos dejar de decirles a las guerrillas colombianas lo que pensamos. El secuestro es el anti personaje no del año, sino del último siglo. Que digan claramente cuál es su propuesta de una eventual Constituyente. Que digan si la propuesta de gobierno de transición es la misma que cuajaron con el hoy ministro de defensa para reemplazar a Ernesto Samper cuando éste era Presidente. Idiotas útiles de la denominada revolución bolivariana, no se puede ser.
El promover salidas a los conflictos no es claudicante. Más cuando de ello depende la vida de varias personas inscritas en lo mínimo de lo mínimo que establece el Derecho Internacional Humanitario. Hoy se necesita más sencillez y menos arrogancia por parte del Gobierno. Por ahora, déjenla jugar, por piedad.
