“Hacer las cosas difíciles aparta a los ganadores de los perdedores”, Stephen Richards.
Para el fútbol colombiano y en particular para el femenino, que la selección femenina de Colombia en la Copa América haya eliminado a la de Argentina debe servir para que ellas y el cuerpo técnico trabajen en superar el miedo a ganar la final, independiente del rival porque vienen en alza emocional y futbolística.
Los equipos existen por una razón: lograr resultados. Y para eso deben aspirar a trabajar para hacer realidad la meta ayudándoles a los miembros del plantel a conectarse personalmente con ella. Darles esperanza a sus integrantes y una razón para creer que sus esfuerzos colectivos lograrán su cometido.
La selección no debe perder su esencia futbolística para la final de América ante Brasil: juego colectivo, manejo del balón, orden táctico en el terreno de juego, para aprovechar que sus individualidades han elevado su nivel futbolístico y su eficacia goleadora.
El profesor Angelo Marsiglia y su cuerpo técnico durante la competencia han mostrado el conocimiento que tienen de sus jugadoras y han podido implementar lo que ellos desean y entrenan.
La final se juega y se gana. De Colombia la mayoría de las jugadoras experimentadas compiten afuera del país, tienen experiencia en finales, la Nikefobia (miedo profundo a la victoria en los momentos decisivos de la competencia) esperamos la hayan superado para esta final.
Ojalá brillen Linda Caicedo, Mayra Ramírez, Daniela Montoya, la capitana, líder, la goleadora Catalina Usme y que este sábado esté muy bien la portera Kathe Tapia.
Los colombianos creemos que en esta oportunidad todos podremos gritar por fin: ¡Campeonas de la Copa América!
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador