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Me refiero al Comunicado N° 001, de julio 1 de 2021, DERECHOS IN-HUMANOS, de los oficiales de la reserva activa del ejército, curso militar Coronel Antonio Arredondo, firmado por los generales JORGE E. MORA RANGEL y FERNANDO GONZALEZ M. Lo nombro con todas las letras porque merece ser tomado muy en cuenta y reconocido y comentado.
Bienvenido el comunicado porque corresponde al ejercicio del derecho de expresión que tenemos, debemos tener, todos los ciudadanos y ciudadanas, incluidos los oficiales y soldados, en retiro activo o no activo, exintegrantes de la fuerza pública, tanto de las fuerzas militares como de la policía.
Ellos, y por fortuna ahora también ellas, no solo pueden opinar sino aspirar a cargos públicos por elección popular, y pueden asociarse, y manifestarse, inclusive en la calle, como a veces lo hacen, es decir, los exmilitares y expolicías tienen todos los derechos e iguales derechos que los demás ciudadanos y ciudadanas.
Pero, siguiendo el estilo directo y diáfano del Comunicado 001, quiero ir a la pepa del mismo que, me parece, salvo mejor opinión, está en las expresiones “grave situación”, “inminente conjura” y en el primer párrafo de la rigurosa enumeración final: “Que Colombia se halla frente a una amenaza que atenta contra la integridad del Estado, la democracia y las instituciones, al mismo tiempo que afecta la estructura productiva y empresarial del país”.
Por supuesto respeto esa lectura, pero considero que, atendiendo a “la realidad geopolítica”, la situación es más grave aún. Lo que se está dando no es tanto una conjura sino un levantamiento que, como efecto dominó, se está presentando por países, por continentes y aun en todo el ancho mundo, de Hong Kong a Washington y de París a Buenos Aires, ante los efectos depredadores de pueblos y naturaleza por parte del neoliberalismo que pervive en estos primeros lustros del siglo XXI.
Esto es más grave, apreciados generales, porque es un cuestionamiento universal a las formas de producir, consumir, comerciar, hacer política y gobernar. Más grave porque se trata de una crisis civilizatoria que está produciendo enormes protestas sociales en todo el planeta. En Francia los chalecos amarillos que no han dejado gobernar al joven presidente Emmanuel Macrón, en Chile los jóvenes que no dejaron terminar tranquilamente el gobierno del dueño de Falabella Sebastián Piñera, en Estados Unidos la gente negra que no dejó repetir mandato al magnate Donald Trump por los continuos asesinatos de la policía como el de George Floyd.
Protestas gigantescas y airadas en Ecuador, en Colombia, ahora en Brasil… el malestar es general. Colombia con el paro, el “estallido” y los bloqueos de abril-junio es una expresión del estado de ánimo de la gente a nivel mundial. Mucho más que la conjura de unos chicos y chicas con enorme habilidad para manejar redes.
La protesta es tan prendediza, o más, que el Covid19, luego la situación es mucho más grave de lo que ustedes con enfáticos términos están expresando. Ahora bien, dicen ustedes que todo proviene del “XXV Encuentro del Foro de Sao Paulo, reunido en Caracas el 25 al 28 de julio del 2019, cuyo principal objetivo fue convocar una engañosa protesta pacífica, etc.”. ¿Será así con lugar, día y hora tan precisos?
Aquí lamento defraudarlos porque el momento del Foro de Sao Paulo, que acompañó la primavera democrática de América Latina, la cual se materializó en gobiernos progresistas durante 20 años, ya pasó, ahora estamos en otro proceso al que le da expresión y sentido con cierta fuerza, tampoco con gran protagonismo, lo que se llama el “Grupo de Puebla”. Y ni en esos veinte años se trató, ni ahora se trata, de imponer gobiernos comunistas.
Y la última observación. Tomando muy en cuenta todo el comunicado y después de leerlo tres veces, da la impresión, por el lenguaje y los enfoques, que ustedes consideran que todavía estamos en la guerra fría o que esta se va a reeditar. No, ni ésta, ni la guerra contra el terrorismo, ni la guerra contra las drogas tienen la realidad y la vigencia que tuvieron en el país en décadas pasadas, antes inclusive de que ustedes fueran comandantes, inducidas desde el exterior. Ya no hay un enemigo interno que se corresponda con esos esquemas desuetos. El asunto es más complejo.
Sí hay problemas y muy graves con el tráfico de drogas al que ustedes no se refieren, como tampoco se refieren a los frecuentes escándalos de corrupción hasta de violaciones en manada que ocurren por integrantes de la fuerza pública. Ni se refieren a los centenares de líderes y lideresas sociales y firmantes del acuerdo que puso fin al conflicto con las FARC-EP estigmatizados, asesinados y masacrados. No defiende y garantiza la vida de todos una fuerza pública tan grande y profesional como la que tenemos.
De nuevo, bienvenido el comunicado, es su derecho y nos hace pensar en graves situaciones que se están presentando y pueden presentarse contra la democracia, la constitución y la ley. Aunque no comparto lo que otros interpretan leyendo entre líneas el bien estructurado texto del comunicado: la recóndita candidatura presidencial de un oficial en retiro (aunque le asiste el derecho), ni tampoco lo que otros alcanzan a imaginar: el ruido de sables que estaría advirtiendo sobre un golpe de Estado a la vieja usanza de Colombia 13 de junio 1953, o de Chile 11 de septiembre 1973.
Ya se tiene un golpe de Estado permanente contra el Estado Social de derecho y una militarización en curso tipo Bordaberry (Juan María Bordaberry Arocena, Uruguay, 1973-1976), ojalá no se llegue al exabrupto de frustrar con “jugaditas” y cambio de “articulitos” la alternancia política hacia la cual, en el marco institucional actual, parece avanzar el país para el 2022.
Bienvenido el Comunicado 001, lástima el título DERECHOS IN-HUMANOS, porque tan humanos son los derechos de los militares y exmilitares como los de ciudadanos y ciudadanas en general. José Antonio Galán, jefe de los Comuneros (1780) y el General Antonio Nariño, gran precursor (1793), estarían hoy luchando por los derechos de las humanas y los humanos colombianos como aparecen consagrados en la Constitución que el domingo 4 de julio cumplió 30 años. No hay derechos in-humanos. Los derechos son humanos y humanizantes. Inhumanos son los privilegios.
