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Demócratas: ¿derrota o victoria en 2022?

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Luis I. Sandoval M.
09 de noviembre de 2021 - 04:55 a. m.
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¿Están las y los demócratas colombianos recorriendo un camino hacia la derrota o hacia la victoria? Sinceramente pienso que están dadas condiciones nunca antes vistas para la victoria, pero al mismo tiempo el establecimiento tradicional, resistente al cambio, está tan decidido a atornillarse abusivamente en el poder y el conjunto alternativo de centro e izquierda comete tantos errores, o se mantiene preso de tamañas limitaciones, que lo que podría ocurrir es una derrota.

El uribe-duquismo se torna cada vez más autoritario y policivo, a diario acentúa la ofensiva contra los intereses de las grandes mayorías sociales, los jóvenes en particular; concentra poder y abusa de él; su máximo líder permanece sub judice intentando seguir gobernando en cuerpo ajeno. Es un régimen que se sostiene más por la represión que por el consenso (crisis de hegemonía), lo cual se constata en la presencia reiterada de multitudes rebeldes en las calles, aún en pandemia, y por medio de sucesivas mediciones de opinión.

El régimen político exhibe condiciones nunca antes vistas de agotamiento, deslegitimación y descrédito. Este régimen, comprobadamente mafioso y criminal, en absoluta bancarrota moral y política, es el que pretende atornillarse en el poder poniendo todo tipo de obstáculos a la alternancia en las elecciones de 2022. Su estrategia múltiple, con ese propósito, apela sin empacho a la mentira para infundir miedo, al dinero para comprar adhesiones y votos y al fraude para impedir la expresión transparente de la voluntad popular. No son sospechas, son hechos en debate público.

El Registrador Nacional del Estado Civil ha montado un inmenso dispositivo con los “dados cargados” que incluye burocracia abultada de toda su confianza, negativa a depurar el censo electoral, censo de población inflado (usurpando competencia del DANE) que modifica todos los referentes electorales, supresión de firma y huella del votante en las planillas electorales, sin claridad sobre alteración de los formularios E-14 y E-24, contratos billonarios de software fuera de supervisión y control. Tanta es la desconfianza que generan sus actuaciones y su respuesta de que “quien no sienta garantías entonces no participe” que se multiplican las voces de quienes consideran necesario su retiro del cargo.

Décadas hace que no se sentía una tan viva y extendida necesidad de cambio en un país que comenzó el siglo XXI arrastrando un lastre de problemas estructurales referidos a equidad, convivencia y modernización política que debió haber solucionado temprano en el siglo XX. Por ello son tan singulares las elecciones venideras: no serán un simple relevo en el gobierno de una facción por otra de las mismas élites, sino que esta vez la alternancia es con opciones que expresan los intereses legítimos y la visión transformadora de nuevas mayorías.

Capitalizar el descontento por el mal gobierno que se repite y empeora, levantar la bandera del cambio en democracia sin trauma institucional, es la misión elemental de un movimiento alternativo conformado por fuerzas democráticas de centro, progresistas e izquierdas. Un bloque amplio de nuevas fuerzas dispuesto a hacer realidad el derecho a gobernar.

Hacia allá se encamina la alternancia, pero lo que no se puede perder de vista es que no hay centro con fuerza suficiente para triunfar solo, tampoco izquierda sola. Centro e izquierda se necesitan mutuamente. Los múltiples esquemas de coalición que se ofrecen son insuficientes. Es hora de que el centro se abra al entendimiento con la izquierda y que ésta se abra a un entendimiento con el centro con base en la identificación de una plataforma común de cambios democráticos de beneficio general para el país.

Colombia necesita una alternancia de mayor calado de la que es tradicional, ella puede darse en 2022 si la izquierda acoge al centro con más audacia y menos prevenciones y si el centro depone sus temores frente a la izquierda porque entiende que su proyecto es realmente democrático. En izquierda entiendo incluida la social (movimientos) y la política (partidos). Este entendimiento germinal es perfectamente posible.

Sin embargo aún no aflora una estrategia de mega consulta entre coaliciones (marzo 13/22), que juegue a un tiempo de transición siquiera de tres gobiernos, con banderas de realización del Estado Social de Derecho, la paz total, la expansión económica productiva, un avance redistributivo que saque a Colombia de ser uno de los países más desiguales del mundo, democracia paritaria irrevocable y gobernanza en corresponsabilidad.

Clave, sin demora, generar esperanza y suscitar confianza reduciendo la pugnacidad y mostrando un camino claro y tranquilo de cambios hacia un país más equilibrado. Necesario contar con un empresariado dispuesto a ciertos cambios como se insinuó durante el paro nacional y con una fuerza pública que haga uso del monopolio de la fuerza con pleno respeto a los derechos humanos y garantías democráticas bajo dirección indiscutida del gobierno civil.

Las y los demócratas colombianos de todos los matices estamos a tiempo para alejar la derrota y asegurar una clara victoria en 2022, pero ello solo será así si se abre camino una disposición real al diálogo para constatar que el nuevo país que queremos en lo esencial es el mismo porque el referente común es la Carta de 1991 cuya plataforma de derechos y su diseño republicano es lo que se busca hacer realidad.

luis.sandoval.1843@gmail.com

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Julio(87145)09 de noviembre de 2021 - 11:20 p. m.
Luis usted tiene razón en lo que proyecta como país, pero los egos de estos candidatos son más grandes que el país que ellos mismos proyectan y así es muy difícil hacer algo trascendental.
Pedro(86870)09 de noviembre de 2021 - 08:51 p. m.
Es preciso que la Izquierda y los del Centro se unan no hay de otra. (Nos pueden meter a Fico un paisa uribista y bien provinciano que ahora querrá manejar a Colombia como una Finca). Ya no más antioqueños y menos uribistas. Gustavo Petro y Alejandro Gaviria: Deben unirse
Atenas(06773)09 de noviembre de 2021 - 02:29 p. m.
¡Plop! Me fui de espaldas, pudo más la sonora carcajada cuando leí ese bulo de “..la presencia reiterada de multitudes rebeldes en las calles…” y blablablablá. Dónde y cuándo; home Lucho, no seas cañero. Entonces me pregunto ¿qué sentido tiene un medio q’ le da espacio a un sujeto q’ tanta corriente bota? A estos se refirió aquí Héctor Abad cuando tamb, como yo, los llamó vagarosos opinadores.
  • GUSTAVO(dgv1l)09 de noviembre de 2021 - 06:29 p. m.
    Este MAL dito de Atenas sabe exactamente quién está diciendo las cosas como son... por eso este ataque febril a Luis
Julio(2346)09 de noviembre de 2021 - 01:39 p. m.
Entre los extremistas de la derecha que presumen de "centro" como los uribistas, y los "centristas" q' presumen de "demócratas" como Humberto de la Calle, prefiero a los primeros por ser más sinceros, pues ellos no ocultan su derechismo macartista, pero el "centrismo" uribista con careta democrática como el de la Calle, Peñalosa y Fajardo es más desconfiable q' un barbero borracho y con parkinson
  • GUSTAVO(dgv1l)09 de noviembre de 2021 - 06:32 p. m.
    ...la estupidez no tiene cura, ¿verdad Julio?
  • Atenas(06773)09 de noviembre de 2021 - 02:32 p. m.
    Y rebuznó el q’ torpe y repetida/ dice lo mismo. Sus lugares comunes ya los rebosó. Por ello se repite y repite y escribe x tramos. Su inteligencia estomacal la lubrica la bilis q’ destila. Y saber q’ hambre seguirá aguantando, su mesías no llegará.
Graciela(lwvsg)09 de noviembre de 2021 - 12:34 p. m.
No puede haber alianzas con una derecha corrupta disfrazada de centro, el único candidato que representa la dignidad de una nación atropellada por la clase politica corrupta se llama Gustavo Petro nuestro próximo presidente
  • GUSTAVO(dgv1l)09 de noviembre de 2021 - 06:31 p. m.
    A Graciela sí ha y que decirle: estudie mija (no vaga)... Es ahora o nunca CON Petro, por supuesto. Pero Petro solo... no gana.
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