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Pueblo y populismo en “Fratelli Tutti”

Luis I. Sandoval M.

15 de marzo de 2021 - 10:00 p. m.

En la encíclica el papa Francisco acoge como válida la categoría pueblo e identifica las situaciones y circunstancias en que puede reconocerse al pueblo como sujeto de procesos sociales, al tiempo que señala las modalidades o manifestaciones problemáticas del populismo. A este tema se refiere en el capítulo quinto sobre la Mejor Política, numerales 155 a 165, 169, 182. A continuación los párrafos en los que se puede apreciar directamente el enfoque audaz que el papa da al tema y prácticas correspondientes.

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“Si se quiere afirmar que la sociedad es más que la mera suma de los individuos, se necesita la palabra pueblo. La realidad es que hay fenómenos sociales que articulan a las mayorías, que existen megatendencias y búsquedas comunitarias. También se puede pensar en objetivos comunes, más allá de las diferencias, para conformar un proyecto común… es muy difícil proyectar algo grande a largo plazo si no se logra que eso se convierta en un sueño colectivo. Todo esto se encuentra expresado en el sustantivo “pueblo” y en el adjetivo “popular”. Si no se incluyen –junto con una sólida crítica a la demagogia- se estaría renunciando a un aspecto fundamental de la realidad social” (157).

“Cada uno es plenamente persona cuando pertenece a un pueblo, y al mismo tiempo no hay verdadero pueblo sin respeto al rostro de cada persona. Pueblo y persona son términos correlativos. Sin embargo, hoy se pretende reducir las personas a individuos, fácilmente dominables por poderes que miran a intereses espurios” (182).

“La palabra pueblo tiene algo más que no se puede explicar de manera lógica. Ser parte de un pueblo es formar parte de una identidad común, hecha de lazos sociales y culturales. Y esto no es algo automático, sino todo lo contrario: es un proceso lento, difícil… hacia un proyecto común” (158).

“Hay líderes populares capaces de interpretar el sentir de un pueblo, su dinámica cultural y las grandes tendencias de una sociedad. El servicio que prestan, aglutinando y conduciendo, puede ser la base para un proyecto duradero de transformación y crecimiento, que implica también la capacidad de ceder lugar a otros en pos del bien común” (159 a).

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Y prosigue con una advertencia: “Pero deriva en insano populismo cuando se convierte en la habilidad de alguien para cautivar en orden a instrumentalizar políticamente la cultura del pueblo, con cualquier signo ideológico, al servicio de su proyecto personal y de su perpetuación en el poder. Otras veces busca sumar popularidad exacerbando las inclinaciones más bajas y egoístas de algunos sectores de la población. Esto se agrava cuando se convierte, con formas groseras o sutiles, en un avasallamiento de las instituciones y de la legalidad” (159 b).

“Otra expresión de la degradación de un liderazgo popular es el inmediatismo. Se responde a exigencias populares en orden a garantizar votos o aprobación, pero sin avanzar en una tarea ardua y constante que genere a las personas los recursos para su propio desarrollo, para que puedan sostener su vida con su esfuerzo y su creatividad. En esta línea dije claramente “estoy lejos de proponer un populismo irresponsable” (161).

Se aprecia en los apartados anteriores el esfuerzo por sacar a flote en medio de las actuales confusiones y críticas malintencionadas la posibilidad del pueblo como sujeto protagónico de su propia emancipación, pero es cauteloso el papa para no hacer concesión alguna a prácticas manipuladoras e inconducentes que, por supuesto, se dan en la realidad.

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Dos acotaciones más, entre varias importantes: “El desprecio de los débiles puede esconderse en formas populistas, que los utilizan demagógicamente para sus fines, o en formas liberales al servicio de los intereses económicos de los poderosos” (155).

“La pretensión de instalar el populismo como clave de lectura de la realidad social tiene otra debilidad: que ignora la legitimidad de la noción de pueblo. El intento por hacer desaparecer del lenguaje esta categoría podría llevar a eliminar la misma palabra “democracia” –es decir: el “gobierno del pueblo”- (157).

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El pueblo, la categoría pueblo, está de regreso a las ciencias sociales y a la praxis política. Muy pertinente en la actualidad, particularmente en Colombia. Por ello, para ampliar el tema, me parece importante referenciar aquí la obra de Laurent Bouvet: Le Sens du Peuple, Gallimard, Paris, 2012.

luis.sandoval.1843@gmail.com

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