
“Comer de colores es mucho más que una frase de nutricionista”: Madame Papita
Foto: Getty Images
El mundo no sería el mismo sin color. Imagina despertar y que todo: el cielo, las frutas, las flores, las calles; tuviera el mismo tono. No habría sorpresas ni contrastes, y quizás tampoco habría hambre. Porque, aunque no siempre lo pensamos, los colores son los que despiertan el deseo, activan los sentidos y nos conectan con la vida.
Desde pequeños aprendemos a reconocer el mundo a través de ellos: el verde es esperanza, el rojo es amor y peligro, el amarillo es sol, energía y advertencia. En la comida, esos mismos códigos emocionales se transforman en nutrición. Cada color que llega al plato tiene un propósito y una historia que...
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